viernes, 26 de marzo de 2010

Indignación

Escribo en esta oportunidad desde la indignación. Es estos momentos, el Tribunal Supremo ded Justicia ha considerado que existen elementos suficientes para allanar la inmunidad parlamentaria al diputado Wilmer Azuaje, del partido Podemos.

Más allá de lo que en verdad pasó, el Tribunal Supremo aqui actuó con una clara desviación de poder, como agentes del Poder Ejecutivo, o peor, como agentes del Partido Socialista Unido de Venezuela. Le cobran a Azuaje las muchas denuncias efectuadas contra la familia presidencial en Barinas.

Como abogado, pero sobre todo como profesor de uan Escuela de Derecho, me siento profundamente indignado, y por que no decirlo si lo siento, estoy verdaderamente arrecho. Lo hoy demostrado por los magistrados del Tribunal Supremo, salvo unas honrosas excepciones, es que estos no están allí como agentes de la ley, como garantes de la justicia, sino como juristas del hgorror, como simples conserjes que limpian el patio para que el presidente se sienta a gusto.

Carajo, que indgnación. ¿Como explicarle a los alumnos que hay un poder judicial que dedbe ser independiente, cuando eso en Venezuela no existe?

La persecución política se ha convertido en un terrorismo judicial.

El Estado de Derecho se ha convertido en el Derecho del Estado, es decir, la creación de normas o dictamen de decisiones judiciales solo en torno a lo que el Estado, como factor político, considere propio. El pensamiento único se ha convertido en la bandera de este fascismo en el que vivimos.

Hoy hacen preso político a otro ciudadano: a Wilmer Azuaje. Nadie dude que es un preso político, porque por razones políticas hoy lo acusan. El totalitarismo que caracteriza a los fascismos, ha mostrado su carac más fea en el Poder Judicial.

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