viernes, 19 de noviembre de 2010

Las palabras del gorila y el desespero del chavismo

LAS PALABRAS DEL GORILA Y EL DESESPERO DEL CHAVISMO

Manuel Rojas Pérez
Correo del Caroní, 15 de noviembre de 2010


En los últimos días hemos visto varias acciones del gobierno que lucen desproporcionadas. Situaciones que han dejado asombrado a muchos y aterrorizado a otros. Hechos que pretenden causar temor en la población.


En primer lugar, vemos a un general que anuncia con bombos y platillos, sin el menor recato, y frente a los medios de comunicación, que él dará un golpe de Estado si no se cumplen sus deseos. Porqué eso exactamente fue lo que hizo el señor Henry Rangel Silva.


Este señor –no merece que sea llamado general porqué es una deshonra y una vergüenza para la Fuerza Armada Nacional y para cualquier institución oficial venezolana- anunció que de ganar la oposición las próximas elecciones presidenciales de 2012, él se encargaría de acabar con ese nuevo gobierno y restituiría a Hugo Chávez en el poder.


Por supuesto que las palabras de este gorila fueron recibidas con beneplácito en el chavismo. Llegaron al punto de ascenderlo de cargo, cuando en un país serio habría sido enjuiciado por instigación a delinquir y a la rebelión.


Hugo Chávez fue más allá aún y, ridículamente, dijo que las palabras de Henry Rangel Silva son las de “un soldado que ama lo que hace”. Somera payasada solo puede ser recibida por la oposición democrática con una pita. Lo que dijo el señor Rangel Silva no es otra cosa que las palabras de un hombre que necesita urgentemente no dejar nunca su posición de poder, porque su destino siguiente sería la cárcel. Y es que no hay que olvidar que esta vergüenza que se llama Henry Rangel Silva está siendo investigado en los Estados Unidos por sus presuntas relaciones con el narcotráfico y el lavado de dinero.


Esto evidencia que el chavismo no cree en la democracia y por tanto la desprecia. Un gobierno que fuese de talante democrático hubiese sido el primero en salir a rechazar estas palabras. Pero por el contrario, vimos a los mismos alcahuetes de siempre por Venezolana de Televisión aplaudiendo cual focas esas palabras.


Pero, lo que hay que tener claro es que esas palabras no fueron producción original del ascendido gorila. Lo que ese señor dijo, fue mandado a decir directamente de Miraflores con un motivo específico: aterrorizar a los venezolanos.


Hugo Chávez sabe contar. Como el bien político que es, conoce bien que la Venezuela de hoy no es la misma que el tomo y se dejó pisotear por su bota militar. Desde que perdió las elecciones del 26 de septiembre pasado, el chavismo se ha puesto en alerta. Ya el venezolano no acepta humillaciones y desplantes de este gobierno traicionero, y por ello le protesta en la cara, como lo hicieron los valientes del Metro de Caracas o el punzante margariteño que, con toda razón, colocó en una franela lo que es esta revolución.


Por ello, la orden dada desde Miraflores es aplicar terrorismo psicológico a los ciudadanos. Poner a un gorila que diga que él se encargará personalmente de no aceptar resultados electorales si son adversos al chavismo y se aplaude y condecora tal canallada; ante cada forma de protesta se dan encarcelamientos masivos y brutales. Esto refleja el verdadero desespero del gobierno. Se saben perdidos, acorralados, cerca del fin. Y como el fin para la mayoría del chavismo implica ajuste de cuentas con la justicia nacional e internacional, buscará aferrarse, como sea, del poder.


Pero este desespero solo hace fuerte a la oposición. Mientras el chavismo pierda más el poco talante institucional que le queda, más venezolanos dejarán de apoyarlo. A mayor cantidad de actos brutales, más será el rechazo al movimiento de Chávez. A mayor represión, menos tiempo de vida útil le queda al chavismo como gobierno.


En fin, el desespero del chavismo favorece a la democracia venezolana que está por renacer. Aquí cabe aquella frase que dice: cuando más oscura está la noche, el amanecer llegará más temprano.


Conservemos la esperanza. Se están haciendo las cosas bien. Las bravuconadas del gobierno solo nos benefician a nosotros los demócratas.


Y al gorila Rangel Silva le digo: no crea usted que sus palabras hicieron mella en nosotros. Por el contrario, nos fortalecen.

Twitter: @rojasperez

lunes, 8 de noviembre de 2010

LA EXPROPIACIÓN COMO RIESGO EMPRESARIAL EN VENEZUELA

La Expropiación como riesgo empresarial en Venezuela

Manuel Rojas Pérez
Publicado en el Correo del Caroní
Lunes, 8 de noviembre de 2010

La expropiación es una figura del derecho público, consagrada en el artículo 115 constitucional. La Administración Pública, con fines de utilidad pública o social, adquiere coactivamente bienes pertenecientes a los ciudadanos, conforme al procedimiento determinado en la Ley de Expropiación por causa de Utilidad Pública o Social, y mediante el pago de justa indemnización. Así, el Estado tiene la potestad de ordenar a un particular la transferencia forzosa de un bien mueble o inmueble de su propiedad, sin acuerdo de voluntades.

Ahora bien, vale destacar que la expropiación se aplica, solo cuando existe efectivamente una causa de utilidad pública.

El artículo 115 de la Constitución contempla la expropiación como un instrumento para que el Estado adquiera la propiedad de un particular, aún en contra de su voluntad, pero sólo de manera excepcional, mediante sentencia firme, previo pago de justa indemnización y únicamente para la construcción de obras o el desarrollo de actividades que hayan sido declaradas previamente como de utilidad pública.

Quiere decir esto que la expropiación no puede ser utilizada de manera laxa, sino con base en esa función social. El Estado, está en la obligación de demostrar que existen causas de interés general que hacen absolutamente obligatoria la expropiación. La potestad expropiatoria no es una figura a la cual la Administración puede echar mano en todo momento, sino que tiene unos límites muy claros, que están en la utilidad pública que obliga a la expropiación.

Debe entenderse este punto. La expropiación solo puede utilizarse cuando es absolutamente necesario para salvaguardar al interés general. Aclaramos: jurídicamente no se podría expropiar un inmueble para hacer en ese sitio un hospital si existe otro sitio donde se puede hacer y que cumpla con las mismas condiciones del otro sitio. La Administración tendría que demostrar que sólo en ese sitio se puede hacer el hospital, alegando causas de accesibilidad, cercanía con la población, entre otras. Tampoco se podría expropiar un inmueble para hacer una línea de tren, si esta puede pasar por otro sitio.

Todo ello en razón de que es necesario conciliar dos aspectos fundamentales del orden social: por una parte, el interés público que requiere de un determinado bien y por el otro el legítimo derecho de propiedad de los particulares. Integrarlos armónicamente constituye el desiderátum de toda la normativa expropiatoria y la medida de su eficacia.

De este modo se garantiza a las personas que la Administración Pública no pretende imponer la potestad expropiatoria como fórmula de hacerse con la propiedad de un particular para fines personales, sino que efectivamente existen elementos que obligan a la expropiación. Se obliga entonces, desde el punto de vista legal, que la expropiación sea por causa de utilidad pública.

Sin embargo, en Venezuela tal argumentación jurídica no ha seguido este lineamiento. Desde hace algunos años, la expropiación ha tomado un carácter represivo, y no de búsqueda del interés general.

Véase como el Estado venezolano ha venido expropiando una serie importante de bienes inmuebles propiedad de diversas empresas nacionales e internacionales radicadas en Venezuela, anunciándose que la misma se hace por razones sancionatorias.

Actualmente no se cumplen los procedimientos administrativos y judiciales necesarios en las expropiaciones. Mucho menos se motivan las causas de las mismas. Se apela al simplismo de las razones de utilidad pública, sin entrar a detallar cuales son estas en el caso y momento concreto.

El riesgo empresarial en Venezuela en materia de propiedad es grande, ya que el Estado entiende a la expropiación como una figura sencilla, de fácil y corriente uso. Y es el caso que, como ya se ha resaltado aquí, tal instrumento jurídico debe ser utilizado por el Estado de manera racional y excepcional. Es decir, sólo para muy determinados casos, cuando se demuestre fehacientemente que existen razones de interés general para ello, y cumpliéndose los procedimientos de rigor.

Twitter: @rojasperezm

OPINIÓN PÚBLICA, LIBERTAD POLÍTICA Y DEMOCRACIA

Opinión pública, libertad política y democracia

Manuel Rojas Pérez
Publicado en el Correo del Caroní
Lunes 12 de octubre de 2010

Dedicado a los premios Nobel Liu Xiaobo y Mario Vargas Llosa, así como a nuestros presos y perseguidos políticos de opinión

Giovanni Sartori, de quien soy confeso seguidor, se pregunta. “Si la democracia es el gobierno del pueblo sobre el pueblo será en parte gobernada y en parte gobernante ¿Cuándo será gobernante?”. La respuesta sería: cuando hay elecciones. Y es que resulta que, las elecciones expresan, en su conjunto, la opinión pública.

Las opiniones, como las elecciones, deben ser libres. Si las opiniones se imponen, las elecciones no pueden ser libres. Luego, un pueblo soberano que no tiene nada que decir, o que su opinión es simplemente castigada, no puede considerarse como un pueblo libre.

Como diría Sartori, ese pueblo sin opinión libre “cuenta menos que el dos de copas”. La democracia se apoya, entonces, en la opinión pública, y en una opinión que nazca de manera libre por parte del pueblo que la exprese. Así, las opiniones en el pueblo deben ser opiniones del pueblo, esto es, opiniones que el pueblo se forma por si mismo.

Traemos esto a colación por el afán que tiene el chavismo de imponer a juro sus ideas a la ciudadanía. Que el socialismo es la única vía de salvación y que quien piense lo contrario es un traidor a la patria que debe ser encarcelado o expulsado del país no es democrático.

La hegemonía comunicacional oficialista, que quiere ser llevada a las aulas de educación por medio de las llamadas guerrillas comunicacionales y los círculos bolivarianos infantiles, solo busca controlar la ideologización de la ciudadanía de una manera total. Y eso implica totalitarismo, criterio contrario a la libertad y por tanto a la democracia.

Es cierto que en política la difusión de la ideología es clave. No en vano, la expresión “opinión pública” deviene de los tiempos previos a la revolución francesa, donde los ilustrados se asignaban la tarea de “iluminar”, de difundir las luces y por tanto de formar las opiniones de un público más amplio.

Por ello mismo, señala Sartori que “El hecho que la opinión pública surja, como expresión y como fuerza activa, en concomitancia con el 14 de julio de 1789 también viene a indicar que la asociación primaria del concepto es una asociación política”.

Es decir, en democracia, la opinión pública va a amarrada con los derechos políticos de los ciudadanos. Esa labor de ideologizar es función natural de los partidos políticos, pero no del Estado, quien debe velar por la convivencia y coexistencia de todas las posiciones ideológicas. No es el Estado quien debe actuar como un partido político difusor de ideologías. En Venezuela, no se respeta la opinión.

El Estado obliga a callar, y quien no lo hace simplemente es castigado. La teoría del terror frente al Estado limita la posibilidad que el ciudadano opine. La democracia, aunque al chavismo no le guste, se basa en la opinión de los ciudadanos. Y no solo en el aspecto meramente electoral. Si la Constitución señala que esta es una República “participativa y protagónica”, lo propio es que todos los ciudadanos podamos participar y ser protagonista de los asuntos públicos del Estado.

La libertad en general, incluida la de opinión, debe tener en cuenta la libertad externa. Porque una cosa es ser libre a lo interno, y otra que se permita ejercer la libertad de manera plena. Thomas Hobbes acertó con la noción de libertad a la que queremos llegar: “Libertad significa propiamente ausencia de impedimentos externos”. Luego, la libertad política sirve para proteger al ciudadano de la opresión.

Nos referimos al ciudadano que es libre dentro del marco de la ley. El Estado es el garante que esta libertad se cumpla. Que la opinión del pueblo sea escuchada, tomada en cuenta y cuando llegue el momento, sea acatada. Y nunca perseguida. La opinión del venezolano dicha el 26 de septiembre no ha sido oída.

El principio democrático de respeto a la opinión pública no se ha cumplido. Por el contrario, se ataca a esta cuando se anuncia la radicalización de la revolución chavista. Luego ¿es este un gobierno verdaderamente democrático? Piénselo.

Twitter: @rojasperezm

SABORES Y SIN SABORES DEL 26S

Sabores y sin sabores del 26S

Manuel Rojas Pérez
Publicado en el Correo del Caroní
Lunes, 4 de octubre de 2010


Son muchas las cosas que hay que analizar de la pasada jornada electoral, que permiten hacer una serie de análisis para entender cual es la real posición tanto del chavismo como de la oposición. Lo primero que hay que destacar es la perdida del voto popular por parte del chavismo.

El movimiento liderado por el presidente, venía ufanándose que ellos eran mayoría en el país. Sin embargo ya teníamos la experiencia del referendo de la reforma constitucional de 2007, donde más del cincuenta por ciento de la población le dio la espalda a la propuesta gubernamental. Quedaba entonces, medir fuerzas en estas elecciones, saber en realidad quien era mayoría y quien no. Pues eso se supo.

Con 5.628.489 votos, la oposición logró la mayoría de votos nacionales en total frente a los 5.399.390 votos del bloque oficialista. Un 52% del electorado votó en contra del chavismo, y eso es una realidad tan fuerte que el propio presidente acusó el golpe y el día lunes pagó si rabia y frustración con una reportera de un medio de comunicación internacional.

Podría alegarse que la diferencia es muy corta. Es cierto. Pero hay que hacer el análisis más allá de los fríos números. La campaña del gobierno nacional se basó en regalar neveras y atemorizar a la gente. Muchos de los votantes dieron su voto al chavismo creyendo que con eso les darían una casa, una nevera o una cocina. El chavismo siempre ha tenido como política electoral jugar con el hambre y la pobreza de la gente. ¿Que es una bajeza del oficialismo? Absolutamente. Pero es lo que tenemos y con eso hay que jugar.

Igualmente, a muchos se les dijo que serían botados de sus puestos de trabajo si no botaban por la opción chavista. Lo que quiero decir es que, si bien la diferencia entre la mayoría oposición y la minoría es muy corta, también es cierto que es que el voto opositor es natural –porque no tiene medios para obligar a la gente- mientras que muchos de los votos chavistas no son duros ni espontáneos.

Otro elemento que no podemos dejar de advertir es la tremenda disminución del voto chavista en los sectores populares. Pongamos el caso del circuito del centro de Caracas y el 23 de enero. En esa zona, en el año 2006, el chavismo ganó con una diferencia de casi 100.000 votos. En el 2008, el asunto bajó a más de la mitad. Ya la diferencia era de 45.000 votos.

Pero, en este 2010, el candidato de la MUD por esa zona, Antonio Ecarri perdió por tan solo 2000 votos. En la zona popular más importante y difícil de Caracas, donde se encuentra el propio Palacio de Miraflores, donde vota el presidente de la República, donde están casi todos los Ministerios y demás Poderes Públicos, ahí, el chavismo ganó de casualidad. Solo por 2000 votos.

En un sector donde el propio Chávez hizo campaña casi a diario, donde la desigualdad propagandistica era abrumadora –en cada poste habían cuatro pendones del chavismo y el único que había del candidato de la MUD era arrancado-, en un sector donde hace cuatro años se perdió por 100.000 votos, haberle roncado en la cueva y estar a punto de ganar, con una diferencia de apenas 2000 votos debe considerarse como una tremenda victoria política y como la perdida del chavismo en los sectores populares.

Pero no todo es color rosa. Hubo algo que sucedió el día de la elección que no me agradó. Cuando los rectores del CNE no salían a ofrecer los números, comenzaron a correr toda clase de rumores. Se empezó a decir que habíamos ganado la mayoría de votos a nivel nacional, que era el objetivo de la MUD.

Sin embargo, al poco rato, en el propio CNE –donde me encontraba como testigo nacional- comenzó a decirse que el chavismo había perdido también la mayoría de diputados. Se hablaba de más de cien diputados para la oposición. En fin, caímos en el triunfalismo. Por eso, algunos al día siguiente tenían una sensación de derrota. Porque volvimos a caer en el mismo triunfalismo del 2004 y 2006.

Eso es un error que debemos terminar de erradicar. En fin, son muchas los análisis que del 26S pueden hacerse. He aquí algunos. Por razones de espacio solo pude esbozar estos, pero en próximas oportunidades ofreceré más razonamientos sobre el tema.

Twitter: @rojasperezm