martes, 9 de marzo de 2010

El caceroleado Esteban

EL CACEROLEADO ESTEBAN

Manuel Rojas Pérez

Correo del Caroní, lunes 8 de marzo de 2010

Por pretender hacer suya una fecha histórica que no le corresponde, el Presidente recibió una tremenda ración de cacerolazos en una zona caraqueña que era denominada por sus seguidores como chavista.

Esteban se empeñó en celebrar el aniversario del llamado “Caracazo” del 27 de febrero, en la populosa zona de El Valle, en Caracas. Ahí montó su tarima, su show, su comparsa, pero se consiguió con dos elementos totalmente inesperados para él.

En primer lugar, se consiguió con una desmovilización de sus seguidores muy evidente. Las mismas cámaras del canal del gobierno, Venezolana de Televisión, no pudieron esconder esta vez lo que ocurría, ni tapar el sol con un dedo. La poca cantidad de concurrentes al acto fue indiscutible. La avenida principal de El Valle no logró ser llenada ni a la mitad.

Y el segundo elemento, más importante todavía, que Esteban no se esperaba, fue la tremenda asonada que recibió. No fue una asonada militar, como las que acostumbra Esteban, sino una asonada de cacerolas.

Los vecinos, desde los bloques de El Valle y desde las casas populares de los cerros aledaños, salieron en masa de manera espontánea con sus ollas y sartenes a cacerolear a Esteban, a hacer sentir su rabia, su descontento, porque a Venezuela pretenden manejarla como si fuese una granja, donde todos somos borregos.

Quizás Esteban diga mañana que en El Valle sólo viven ricos y oligarcas, en donde los habitantes tienen mansiones con piscinas y jacuzzis, como una vez lo dijo de la también populosa zona caraqueña de Petare, el barrio más grande de Latinoamérica. Posiblemente señale que los habitantes de El Valle son todos miembros de la CIA, o del FBI.

Pero no, las razones que tuvieron los dignos y aguerridos habitantes de El Valle fueron otras. Estos ciudadanos, como todos los venezolanos, incluso los chavistas, están cansados del mal gobierno.

Cansados de la delincuencia que cada día lleva a las casas venezolanas muerte y desolación. Todos los venezolanos tenemos por lo menos una historia propia y de terceros, de asesinatos, atracos, secuestros o fraudes.

Cansados del alto costo de la vida, de que cada vez que salen a comprar la comida para la familia, los precios son tan exorbitantes que es imposible adquirirlos.

Cansados del desempleo, ya que gracias a una imbécil visión ultranacionalista, el Estado ha expropiado a buena parte del sector productivo nacional, ahuyentando al poco capital privado que quiere invertir en Venezuela; sumado a que no se puede trabajar para el Estado si se piensa diferente.

Cansados de la violencia política dictada por el propio presidente que cada vez que se levanta con el pie izquierdo le busca problemas a Colombia, a Holanda, a Inglaterra, a Perú, a España, o se hace acompañar por personajes oscuros como Lina Ron que son la quintaesencia del crimen.

Cansados de la eterna corrupción que el caceroleado prometió erradicar, y que por el contrario, se ha agudizado en su gobierno, a niveles de escándalo y desfachatez.

Cansados de que se nos quiera ver todos los días las caras de pendejos, cuando nos juran que los cortes de luz son causados por un fenómeno natural que se esperaba desde hace mas de tres años, cuando lo cierto, lo que todo el mundo sabe y conoce, es que la culpa es del Gobierno nacional al no hacer las inversiones necesarias en la red eléctrica, y que ese dinero haya sido destinado a los gobiernos de Cuba, Bolivia, Nicaragua e Irán.

En fin, esos habitantes de El Valle, en Caracas, le hicieron saber a Esteban con sus cacerolazos de dignidad y democracia participativa y protagónica, que los venezolanos estamos molestos, ofendidos, que no soportamos seguir siendo gobernados por alguien incapaz de ejercer el cargo para el que fue elegido.

Muchos dirán que estas letras son llover sobre mojado. Sin embargo, creo necesario recordar, de cuando en vez, las razones por las cuales nos oponemos al grosero gobierno de Esteban y porque debemos obtener una mayoría parlamentaria el 26 de septiembre.

Las cacerolas en El Valle, que se oyen en todo el país, nos recuerdan estas razones.

Twitter @rojasperezm

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