lunes, 8 de agosto de 2011

La agenda

La agenda

Manuel Rojas Pérez

En las democracias contemporáneas, los procesos de producción del discurso político se organizan temáticamente bajo la forma de una agenda, que expresa la interacción entre actores políticos, medios de comunicación y sociedad. Esta agenda se vuelve mucho más densa cuando nos acercamos a coyunturas electorales, en las que los políticos ponen en escena discursos e imágenes –lo que en términos generales suele llamarse oferta política– orientados a la obtención del apoyo electoral de los ciudadanos.

Toda política seria tiene su propia agenda, esto es, la lista de temas o problemas a los que ponen atención en algún momento los actores políticos.

Tener una agenda propia es fundamental para los políticos, ya que el proceso de definición de la agenda reduce el conjunto de posibles temas a aquellos que realmente se convierten en centro de atención. Varias tesis han tratado de ofrecer modelos que expliquen cómo y por qué algunos asuntos son tomados en serio por los oficiales de gobierno. Una de ellas, la de las tres corrientes de Kingdom, señala que la agenda se fija según la legitimidad, factibilidad y apoyo de un tema o temas en concreto. Otros, como Hall, destacan que los temas de la agenda se establecen según las corrientes de problemas, soluciones y contexto político.

El gobierno siempre ha tenido su propia agenda a seguir: la implementación del socialismo, la estructuración del Poder Popular por medio de consejos comunales, comunas y federaciones comunales, el reforzamiento del capital económico público (a expensas del desgate del sector privado por medio de expropiaciones, nacionalizaciones y confiscaciones), la unión con países de corte socialista o antiimperialista. Durante todos estos años el chavismo ha sabido mantener su discurso, seguir su propia agenda. Por el contrario, uno de los gravísimos errores que desde la oposición cometimos por años fue, justamente, no tener una agenda propia. Seguíamos la del gobierno: si el presidente anunciaba una expropiación, salíamos desde la oposición a hablar de la expropiación ordenada; si el presidente hablaba de relaciones bilaterales con Irán o China, desde este lado de la acera salíamos enseguida a hablar de los inconvenientes de esa unión.

En fin, durante años, el gobierno nos impuso la agenda. Lo que decía la oposición era solo en réplica a la iniciativa del gobierno. Solo cuando el gobierno hablaba, teníamos voz desde la oposición.

Sin embargo, eso cambió en el 2010. A raíz de las elecciones parlamentarias, la oposición empezó a tener su propia agenda, su propio discurso, su propio camino. Ya no hacía falta que el gobierno tuviese la iniciativa, ya que nacía de este lado. Esa agenda opositora nos dio credibilidad y permitió la mayoría en la Asamblea Nacional.

Pero esta semana la tortilla se volteó por completo. La Mesa de la Unidad Democrática anunció la aplicación de la tarjeta unitaria para ampliar y redimensionar el espectro electoral de la oposición de cara al 2012. Pues el gobierno botó su agenda, perdió su discurso y se dedicó a hablar de la tarjeta de la oposición. Desde el presidente Chávez, quien consideró la tarjeta un fraude, hasta el vicepresidente Jaua, quien habló de la oposición durante cinco días seguidos, pasando por Aristóbulo Isturiz, Carlos Escarrá, Darío Vivas, Cilia Flores y Fernando Soto Rojas, dedicaron casi todo su tiempo a criticar a la oposición. Incluso activistas del chavismo de menor monta como Nicmer Evans se dedicaron a hablar de la iniciativa opositora.

El gobierno se quedó sin discurso. Ya no es solo que la oposición tiene agenda propia, sino que ahora el chavismo tiene que esperar las iniciativas opositoras para tener algo que decir. Como no tienen resultados que mostrar, obras que ofrecer, discurso que señalar, se tienen que dedicar a lo que desde este lado hagamos.

Esta victoria que logró la MUD con la tarjeta unitaria es apenas la punta del iceberg de lo que se viene. Día a día el gobierno cede terreno ante la oposición y sus acertadas políticas. Para el 2012 el gobierno no tendrá nada que hacer.

Twitter: @rojasperezm

martes, 2 de agosto de 2011

La unidad a toda costa

La unidad a toda costa

Manuel Rojas Pérez

Correo del Caroní, lunes 1º de agosto 2011

 

Hay que mantener la unidad. Me he cansado de decirlo. Solo por medio de la unidad de criterios políticos en torno partidos, que se logra a través de la Mesa de la Unidad Democrática podemos lograr construir resultados óptimos frente al fascismo chavista.

Ya en el año 2008 la unidad (para ese entonces no tan definida como hoy) logró importantes victorias en los estados Miranda, Táchira, Carabobo, Nueva Esparta y Zulia. De esos estados, gracias a la unidad de fines y medios de todos los partidos políticos de oposición, se le arrancaron al chavismo Miranda, Táchira y Carabobo. Hay que recordar siempre entonces que la unidad, desde el 2008, viene golpeando muy duro al gobierno nacional.

En el 2010 los resultados de la unidad, ahora si por medio de la Mesa de la Unidad como factor de integración, son incontestables. Cincuenta y dos por ciento de los venezolanos votaron por una sola opción, la democrática, al que representa la oposición venezolana. Ese cincuenta y dos por ciento de venezolanos se encuentra representado por muchos partidos políticos, pero estos tienen comparten todos sus medios (económicos, de personal, de ideas, de agendas, de doctrina) para un fin: lograr restablecer la democracia en Venezuela.

Unidad política es necesaria en momentos de crisis. Ya en 1945 fue ineludible buscarla. Extrañamente, pocos conocen que durante el gobierno de Isaías Medina Angarita, se produjo una crisis política tremenda, ya que el general y ex presidente Eleazar López Contreras aspiraba nuevamente a la presidencia de la República, mientras que el presidente Medina prefería tener a un candidato propio. Esta ruptura entre los generales del post gomecismo generó una fractura no solo en el gobierno, sino en las fuerzas armadas, que como hoy día, eran un factor político fundamental en la escena nacional.

Pues, ante ello, Acción Democrática buscó un candidato de consenso entre ambos, toda vez que de no llegar a un acuerdo, la batalla entre ambos bandos nos hubiese podido llevar a un nuevo conflicto civil y la irrupción de otro Gómez. Acción Democrática, en ese sentido, trató inicialmente la candidatura del doctor Diogenes Escalante, quien era también el candidato de Medina y bien visto por López Contreras. Sin embargo, como se sabe, razones de índole psicológica obligaron al doctor Escalante a renunciar.

Así, Acción Democrática buscó candidatos extra partidos, que gustaran a ambos generales, para evitar la batalla fratricida que se avecinaba. En fin, ese partido buscó la unidad para evitar el colapso del país. El resultado lo conocemos: se iba a dar un golpe de Estado, quiéranlo todos o no. Los adecos se sumaron a ese carro para tratar de asegurar la preeminencia de un sentido democrático en todo aquello. Pero al final se alzó el gorila militar en 1948, todo por no haber llegado a acuerdos en su momento.

No solo en Venezuela la unidad se utiliza como bastión para salvar o preservar la democracia. Chile y su espectacular concertación democrática es el gran ejemplo. Pero es que incluso, hoy día, el presidente Sebastián Piñera, el que derrotó a la concertación después de veinte años, el que derrotó a la unidad, está llamando nuevamente a la unidad nacional y política, esta vez para enfrentar la crisis escolar en su país. Hay en Chile una grave contrariedad sobre el inicio de las clases, habiendo ya huelgas y diversas manifestaciones. Ante ello, el presidente Piñera busca desesperadamente la unidad que el mismo derrotó.

Sirvan este par de ejemplos, uno histórico y uno actual, para demostrar que la unidad es necesaria. Primero porque ya ha demostrado en la Venezuela actual ser eficiente (cincuenta y dos por ciento de votación lo dicen), luego porque históricamente se ha demostrado que si no se llega a ella los resultados son nefastos.

Lastimosamente no caben inventos. Terceras vías, unidades superiores, modelos no probados no son convenientes. La Mesa de la Unidad nos ha traído dividendos efectivos. Como dicen en beisbol: lineup ganador no se cambia.

Twitter: @rojasperezm