miércoles, 24 de febrero de 2010

Natalicio de Rómulo Betancourt

NATALICIO DE RÓMULO BETANCOURT

Antonio Ecarri Bolivar
2do Vice Presidente de Accion Democratica

Rómulo Betancourt cumplió, el pasado lunes 22 de febrero, 102 años de haber nacido en el pueblecito de Guatire del Estado Miranda. El ejemplo de su lucha y sus desvelos por la democracia hoy se lo reconocen hasta sus más enconados adversarios, todos, menos el teniente coronel felón quien, sin haberlo conocido, pretende infructuosamente desprestigiarlo ante la historia, para torcerla en beneficio de sus totalitarios propósitos. Ojalá las generaciones futuras reconozcan a los líderes actuales el haber sabido, como Betancourt en su momento, empinarse por encima de mezquindades y pequeñeces para frenar la locura que significaría llevar a Venezuela, en pleno siglo XXI, a un sistema comunista obsoleto y periclitado (Rómulo dixit).La actitud de Rómulo Betancourt, desde su más temprana juventud, fue la de un líder que anteponía los intereses del país a sus propias actividades y aspiraciones. La humildad, la modestia no fingida, formaba parte de su conducta cotidiana. Un ejemplo de ello es cuando llega a Venezuela, con esa aureola de líder indiscutible de las nuevas generaciones de su época, a la muerte del dictador Juan Vicente Gómez y lo entrevista el diario “La Esfera”.

Dando ejemplo de grandeza, a los 28 años de edad, le decía a su entrevistador: “No quiero hablar absolutamente nada de mi actuación fuera del país. Me repugna esa actitud de estar exhibiendo credenciales. Apesta a exhibicionismo, a pose barata, eso de estar diciendo: sufrí mucho, hice esto y aquello. Además, hombres como yo, en plena posesión de sus capacidades de lucha, no deben hablar de lo que han hecho, sino de lo que se proponen hacer. Creo que es Ortega y Gasset – ese brillante reaccionario español -, quien habla de que los escritores que publican sus obras completas es porque ya se sienten en el orto, en el momento decadente de su actividad creadora. Eso mismo pienso de los que se satisfacen en exhibir sus actuaciones. Son hombres que se refugian en el pasado, en el recuerdo de lo que hicieron ayer, porque son individuos sin apetencias de futuro, sin fe en lo que harán mañana”. Eso dice Rómulo de sí mismo, pero donde destaca como visionario político es cuando añade, en la misma entrevista en referencia: “Creo urgente la creación de un partido político de orientación democrática y de raigambre popular. Hay quienes piensan que partido político es sinónimo de “guachafita” o de cuartelazo. Ese es un concepto simplista y errado. Precisamente un partido político, o varios partidos políticos, ajustados a la Constitución y las leyes del país, servirán para encauzar las dinámicas populares dentro de normas de acción civilizada. Haciéndose más complejo el organismo de la nación, mediante la agrupación de los individuos y de los gremios dentro de partidos políticos, se podrá trabajar mejor, y más eficazmente, por una Venezuela democrática y civilizada, en posesión de su gran destino de pueblo libre”.

En esas declaraciones del Rómulo joven, ya delata sus convicciones democráticas de avanzada. En efecto, quien habla no es el radical comunista que creía en el partido único de la revolución obrera y campesina, sino un demócrata integral que cree en la necesidad del pluralismo democrático para “encauzar las dinámicas populares dentro de normas de acción civilizada”. El futuro inmediato recompensará esa visión, con los triunfos que obtendrá y las derrotas que logrará propinar a sus adversarios ideológicos de derecha y de izquierda. El partido político fundado por Rómulo Betancourt, Acción Democrática, es consecuente con ese pensamiento, actualizándolo de cara al nuevo milenio, porque aspira lograr para Venezuela la modernización económica, el reformismo social y la participación política. Ahora, de cara al siglo XXI, ratifica esos principios y, al adecuarlos a los nuevos tiempos, una vez en el poder, modernizará la economía, rectificando las distorsiones del mercado, impulsando la libre empresa e incentivando la conformación de un estado de bienestar que provea de justicia social a nuestros compatriotas desasistidos de posibilidades de superación. Las políticas reformistas estarán adecuadas a los nuevos tiempos, a través de un eficiente sistema de seguridad social, cuando la participación política logre sus objetivos al entregar al ciudadano instituciones que lo acerquen al Gobierno y le den voz y voto para controlarlas.

El partido, de cara a los retos de esta nueva centuria, consecuente con el pensamiento de Betancourt y demás lideres fundadores de la democracia venezolana, propone una ruta de compromiso con las grandes mayorías, de sacrificio, pero también de optimismo por el país, por un mañana de bienestar y paz, a partir de la integración y reconciliación de los venezolanos, superando las distancias y las fronteras creadas arbitrariamente por los gobiernos autocráticos a todo lo largo de nuestra historia.Para lograr estos objetivos, así como lo hizo durante las anteriores dictaduras que ha sufrido nuestro pueblo, AD propone a las demás fuerzas políticas democráticas y de la sociedad civil, un gran frente unitario para enfrentar las próximas elecciones parlamentarias. Estas son de vida o muerte para la democracia, por lo que debemos actuar con el mismo entusiasmo que nuestros padres fundadores le pusieron a la empresa de derrotar las tiranías de su época y cuyo ejemplo imperecedero debemos seguir, para obtener ese deseado éxito contra la tiranía comunista que se nos pretende imponer en este nuevo milenio. Unidad, patria, reforma y libertad, son las consignas justas de los demócratas del siglo XXI.

lunes, 22 de febrero de 2010

Notas sobre la Expropiación

NOTAS SOBRE LA EXPROPIACIÓN

Manuel Rojas Pérez

Correo del caroní, lunes, 22 de febrero de 2010


El Gobierno nacional ha hecho de la expropiación un tema recurrente, casi diario. Con un simple “exprópiese”, se han realizado las expropiaciones de empresas de consumo masivo, plantas de distribución de alimentos y bebidas, de edificios en el centro de Caracas, y de muchos otros bienes privados.

Para ellos, la expropiación es una figura sencilla, de fácil y corriente uso. Y es el caso que tal instrumento jurídico debe ser utilizado por el Estado de manera racional y excepcional. Es decir, sólo para muy determinados casos, cuando se demuestre fehacientemente que existen razones de interés general para ello, y cumpliéndose los procedimientos de rigor. Por ello, aquí demostraremos que las últimas expropiaciones ejecutadas por el Gobierno nacional, carecen de absoluta validez, utilizándose las mismas bajo visiones políticas, y no jurídicas.

La expropiación -señalaba el profesor Lares Martínez- es una institución de derecho público, en virtud de la cual la Administración Pública, con fines de utilidad pública o social, adquiere coactivamente bienes pertenecientes a los ciudadanos, conforme al procedimiento determinado en la Ley de Expropiación por causa de Utilidad Pública o Social, y mediante el pago de justa indemnización.

El artículo 115 de la Constitución contempla la expropiación como un instrumento para que el Estado adquiera la propiedad de un particular, aún en contra de su voluntad, pero sólo de manera excepcional, mediante sentencia firme, previo pago de justa indemnización y únicamente para la construcción de obras o el desarrollo de actividades que hayan sido declaradas previamente como de utilidad pública. Se deben cumplir los siguientes requisitos:

(i) Declaratoria de Utilidad Pública: la Asamblea Nacional, el Concejo Legislativo Estadal o la Cámara Municipal, según corresponda, deberá declarar de manera previa -no después- y mediante ley -no mediante Acuerdo o Nota- que la construcción de un tipo de obras en general -no un bien concreto- es de utilidad pública (ejemplo: hospitales o carreteras).

(ii) Decreto de Expropiación: el Presidente, el gobernador o el alcalde, según el caso, debe identificar plenamente el bien -en concreto- que se va a expropiar, para una obra que ya fue declarada de utilidad pública, y que ha sido concebida previamente -no después- que cuente con planos, especificaciones y recursos presupuestarios asignados.

(iii) Arreglo Amigable: debe convocarse al expropiado a un arreglo amigable, para que una comisión de tres peritos determine el monto de la indemnización.

(iv) Juicio: de no haber arreglo, se inicia un juicio para determinar si procede la expropiación y el monto de la indeminación. Sólo en ese juicio se puede acordar la ocupación anticipada del bien -no antes- previa consignación del monto del avalúo. A falta de arreglo, el juez declarará la transferencia de la propiedad, previo pago de la indemnización en efectivo -no en títulos o bonos públicos-.

La ley es clara en cuanto a cada uno de estos requisitos. Por tanto, la práctica expropiatoria común del gobierno es claramente ilegal, inviable en Derecho. Cuando el Ejecutivo Nacional anuncia expropiaciones a diestra y siniestra, y luego es que ordena cumplir los requisitos antes explicados, realiza un acto manifiestamente ilegal, desviando el poder conferido por ley, violando la Constitución y las leyes expropiatorias y menoscabando el derecho a la propiedad privada de los ciudadanos.

Cada una de las expropiaciones realizadas en los últimos tiempos, tienen la marca de la ilegalidad y la arbitrariedad. Debe resaltarse que la expropiación es una figura excepcional, que sólo debe ser utilizada en casos muy específicos. Su uso indiscriminado, ya de por sí, afirma todo un concepto de ilegalidad en ellas.

En un Estado de Derecho serio, los tribunales contencioso administrativos anularían todas estas actividades administrativas de expropiación. He aquí una prueba para que estos jueces demuestren qué tan fuerte e imparcial es nuestro sistema judicial.

Twitter: @rojasperezm

martes, 16 de febrero de 2010

La dignidad de Ravell

LA DIGNIDAD DE RAVELL

Manuel Rojas Pérez

Publicado en el Correo del Caroni
16 de febrero de 2010

Tenía pensado escribir esta semana sobre los Consejos Comunales. Sin embargo, los tiempos políticos en Venezuela fluyen muy rápido, y los cronistas estamos en la obligación de saber marcar esos tiempos.

Escribo esta nota a pocos minutos de que Alberto Federico Ravell anunciara públicamente por su cuenta twitter, que le habían pedido la renuncia al cargo de Director de Globovisión. La noche anterior, muchos rumores se suscitaron. Diversos medios de comunicación y periodistas dieron la noticia: Ravell renuncia a Globovisión. Sin embargo, aclaró el propio Alberto Federico que no renunció, sino que le pidieron la renuncia. Es decir, lo despidieron.

¿Cuáles fueron las razones? Solo el propio ex director de Globovisión podrá decirlas. Son muchas las especulaciones: que si los accionistas mayoritarios se plegaron al Gobierno, que si vendieron Globovisión, que si Ravell se va a lanzar a diputado…

No es tiempo de especulaciones. Al momento en que escribo esto, no se sabe aún que pasó dentro del canal de noticias. Quizás, nunca sepamos que pasó.

Pero si sabemos algo: si alguien en este país plantó una oposición férrea, seria, sin amagues, sin contradicciones, y sobre todo, sin miedo, es Alberto Federico Ravell. Desde Globovisión, y desde su parcela personal, Ravell defendió lo que consideró legítimo.

Globovisión ha sido un bastión, no de la oposición, sino de la libertad de expresión. Mientras Venezolana de Televisión pasa una programación, donde se ve una Venezuela sin corrupción, sin delincuencia, sin presos políticos, con programa nocturnos escatológicos. Globovisión ha mantenido una visión mucho más real de la vida del venezolano. Gracias a ese canal, nos hemos enterado de lo crítica que se encuentra la calidad de vida del venezolano. De otra parte, esa planta televisiva ha sabido mantener una línea mucho más plural, ya que en él siempre se pueden ver figuras del sector oficial. En Globovisión hemos visto a Luis Tascón, a Elías Jaua, a Calixto Ortega, a Elías Eljuri, entre otros que en este momento se me escapan. Que alguien me diga si en Venezolana de Televisión se permite la entrada a algún militante de la oposición. Luego de eso, midamos quien asume la posición plural.

Sin embargo, por decir la verdad, por demostrar una total imparcialidad en la función periodística, Globovisión ha sido objeto de innumerables ataques. El Seniat se ha cansado de colocarle multas absurdas. Conatel no le ha dado la autorización para pasar su programación por señal abierta en todo el país. Sus periodistas son diariamente vejados por sujetos afectos al chavismo. Lina Ron declaró objetivo militar al canal, y ha acudido varias veces al mismo lanzando bombas lacrimógenas. En fin, ese canal televisivo ha sido objeto de los más atroces ataques, simplemente por ejercer, y defender, la libertad de expresión.

Y todo esto viene por la línea informativa impuesta por Alberto Federico Ravell. El es quien ha aupado a todos sus periodistas, a sus reporteros gráficos, a sus analistas e investigadores, a buscar la verdad, más allá de las informaciones oficiales.

Algunos pretenden con esto que Globovisión se convierta en otra Venevisión. Para nadie es un secreto que el canal de Gustavo Cisneros se ha arrodillado de manera humillada a la hegemonía comunicacional del Gobierno, y ha decidido no pasar la verdad de lo que sucede en el país. Venevisión se autocensuró, se convirtió en un canal que transmite “El Chavo del 8” mientras a los estudiantes los masacran en las calles venezolanas.

Hoy sale Alberto Federico Ravell de Globovisión. Por lo que entendemos, presionado por factores externos muy poderosos. Pero con él estamos una gruesa cantidad de venezolanos que reconocemos su valentía, dignidad y coraje.

A los miembros de Globovisión les hago el siguiente llamado: la salida del director del canal no implica que los periodistas combativos bajen los brazos. Es ese el legado que Alberto Federico Ravell les ha dejado, la semilla que ha sembrado en el canal. Y es esa la actitud que los venezolanos les pedimos.

Twitter: @rojasperezm

martes, 9 de febrero de 2010

No al silencio

NO AL SILENCIO

Manuel Rojas Pérez

Publicado en el Correo del Caroní
9 de febrero de 2010

Tomo prestado el título del comunicado que el Bloque de Prensa Venezolano emitió el pasado primero de febrero, en razón de los evidentes ataques del Gobierno nacional en contra de la libertad de conciencia y el derecho a la queja de los venezolanos.

El Ejecutivo nacional detesta que los venezolanos podamos expresar nuestros pensamientos. El reciente cierre de RCTV, más los ataques a Miguel Ángel Rodríguez o Laureano Márquez así lo demuestran.

La libertad de expresión es ese derecho que tienen los ciudadanos a expresarse libremente y no sólo lo poseen los periodistas. Así lo dice el artículo 57 constitucional. Ese derecho lo tenemos todos, y lo ejercemos a diario, cada vez que emitimos una opinión en nuestra casa, en el trabajo, en la universidad, en el barrio.

Es la posibilidad de que cualquier persona diga libremente lo que piensa, sin temor a que sufra reprimendas por eso. Implica no sólo que los ciudadanos podamos decir lo que pensamos, sino que no exista la posibilidad de ser atacado por haberlo dicho.

En Venezuela no existe libertad de expresión, ya que cuando se hace uso de ella, el Estado haciendo una interpretación sesgada de las normas penales, inmediatamente te hace objeto de persecución.

Pretende el Gobierno que los ciudadanos no hablemos de los problemas diarios que nos aquejan, de cuantas veces al día se nos va la luz, o si en la casa falta el agua, o de las veces que nos han atracado, y que cada fin de semana hayan innumerables fallecidos a manos de la delincuencia. No quiere que conversemos sobre lo difícil que se ha hecho adquirir los productos de la cesta básica, ni sobre la devaluación decretada hace poco que trae como resultado que sus personeros sean más ricos y que el resto de los ciudadanos seamos más pobres.

El Gobierno busca infundir miedo para que no hablemos de esos temas, para que no nos convenzamos que el 4 de febrero de 1992 se alzaron unos vagabundos que sólo querían llegar al poder para enriquecerse y saciar su afán de obscena codicia, y que por haberlos llevado al gobierno hoy somos la vergüenza de Latinoamérica y la burla del mundo.

Intentan atemorizar a los ciudadanos, diciéndonos que nos van a rastrear mediante sistemas GPS y el satélite Simón Bolívar, trayendo a Venezuela al creador del G2 cubano a quien los exiliados cubanos llaman, no de gratis, “charco e’ sangre”, y poniéndolo al frente de las acciones de represión contra manifestantes.

Pero, es aquí donde el Gobierno se ha equivocado. Mientras más represión realice para quebrar la libertad de expresión, más los venezolanos estaremos dispuestos a defenderla. El Ejecutivo, por ejemplo, ha dicho que pretende atacar los medios de redes sociales por internet (Twitter, Facebook). Pues la respuesta de los venezolanos ha sido contundente. No había terminado de hablar el personaje del educativo programa de Venezolana de Televisión, cuando miles de venezolanos estaban abriendo sus cuentas en estas redes, retando al gobierno al ejercer su libertad de expresión.

A medida que el Gobierno más reprime, nuevos estudiantes y ciudadanos se suman a las ya históricas manifestaciones que se vienen dando en todo el país. No alcanzan las ballenas contra la valentía estudiantil. De igual manera, cuando el Ejecutivo apuntó sus baterías hacia Laureano Márquez y Miguel Ángel Rodríguez, el Bloque de Prensa Venezolano salió de manera templada en su defensa.

Todo esto demuestra que, a pesar de los ataques gubernamentales, de los rumores, de que traigan a dinosaurios cubanos con currículos dignos de estar en el salón de la fama de la infamia, a pesar de la garra y demás armas represivas medievales de la Guardia Nacional, a pesar de la ballena, muy a pesar de todo esto, los venezolanos no nos hemos rendido. Tenemos miedo, no lo duden. Ante un contingente de militares con ganas de hacernos daño hay miedo. Pero es mayor nuestro compromiso con la patria y el deseo de volver a vivir en un sistema democrático que respete nuestros derechos, sin un gobierno gorila que pretenda imponernos a su criterio el cómo llevar nuestras vidas.

A pesar de toda la intimidación, aquí seguimos. No nos callarán.

Twitter @rojasperezm

martes, 2 de febrero de 2010

Estudiantes y Partidos Políticos

ESTUDIANTES Y PARTIDOS POLÍTICOS

Manuel Rojas Pérez

Publicado en el Correo del Caroní

01 de febrero 2010

Quizás la razón del desastre en que se encuentra sumergida Venezuela esté en la falta de política. Como siempre ha dicho mi muy buen amigo Federico Boccanera, Chávez llegó al poder gracias a la inexistencia de la política.

Que un militar golpista sin doctrina política conocida, con la gestión de una cantina como única experiencia administrativa haya llegado a ser presidente de la República, nos dice mucho sobre la destrucción de las bases políticas -y morales- venezolanas a finales de los años noventa. Sobre esa falta de política se montó Chávez no sólo para llegar al poder, sino para atornillarse e intentar lograr su cometido de morirse en la silla como Juan Vicente Gómez.

Me explico: para hacer oposición nos desviamos de las herramientas propias de la política. Los partidos tradicionales apoyaron a candidatos que no eran propios o que no representaban vinculación con la sociedad. Luego, le quitaron el apoyo a éstos, para aupar la candidatura de un tercero, extraño a esos partidos. Prontamente, fuimos a un paro que no logró sus cometidos y del que nadie se hizo responsable. Inmediatamente, al perder el referendo revocatorio del 2004, nos metimos en la cabeza que la solución era abandonar la vía electoral y decidimos no acudir a las elecciones del 2005 para elegir diputados a la Asamblea Nacional. Después, llegaron los estudiantes a la palestra pública en el 2007, y se intentó “despolitizar” su actuación, al excluir a los partidos políticos de esas manifestaciones.

Es aquí donde me quiero detener. Estuve presente en la concentración que fue convocada por el sector estudiantil frente a la sede de Conatel en razón del arbitrario e ilegal cierre de RCTV Internacional. Noté que esos muchachos salieron a la calle, actuando con pasión y coraje. Mucha valentía e inteligencia de parte de esos jóvenes quienes, viendo cómo Hugo Chávez y su pandilla de incapaces acaban con lo que queda de Venezuela, salen a la calle a protestar y reclamar al gobierno que respete los derechos de los venezolanos.

Pero sí logré verificar que ese movimiento estudiantil se entiende a sí mismo como “apolítico”, que no quieren saber nada de los partidos políticos y no aceptan que su actuación sea típicamente política. Y he aquí el desliz. Los jóvenes estudiantes deben entender que al momento de salir a protestar contra el Gobierno nacional, están haciendo política. Su accionar es político, y por tanto, mal pueden desentenderse de la política y de los partidos políticos.

Notar que los partidos son estructuras organizadas para lograr objetivos políticos. En los partidos está la base de la política como vehículo para lograr cambios en la sociedad. Es a través de los partidos políticos que se debe generar la carrera de formación política para generar líderes sociales que cumplan con las necesidades de los ciudadanos.

En los partidos políticos esta la profesionalización de la política. Son estos quienes se encargan de la socialización política, la armonización de intereses, formación de elites políticas (lo cual es fundamental de cara a las próximas elecciones de septiembre). Son los partidos políticos quienes sirven para la canalización de peticiones de la población hacia los poderes públicos.

¿Qué los partidos políticos venezolanos han cometido grandes y graves errores? Es cierto. Pero eso no puede ser causal para hacer política sin políticos, para hacer política con medios distintos a los políticos. Por el contrario, el reto debe ser el buscar la reconstrucción nacional por medio de los canales naturales para ello, que son los partidos políticos. Que los jóvenes ingresen a formar filas en los partidos políticos de su preferencia, o si no desean realizar la militancia política, pues que acepten el acompañamiento -que no la dirección- de líderes políticos.

Considero, y he aquí mi llamado a los estudiantes, que dar la espalda a los partidos políticos, y a sus líderes, es un error. No deben ser rechazados. Lo más propio sería que los estudiantes permitan a los partidos políticos acompañarlos en su intensa lucha, para lograr un bloque común de protesta.

Claro está, esto no puede significar que los partidos políticos opaquen la gloriosa actuación de los jóvenes y sus innovadoras ideas. Los partidos políticos deben servir como herramienta para que los estudiantes maduren su visión política de cara al futuro, para realizar una buena gestión política frente a la barbarie gubernamental.

En fin, lo que debe entenderse es que la acción pública es política. Lo que los estudiantes hacen es política. Luego, son políticos. La apolítica no existe en un país absolutamente politizado. Por ende, al ser políticos, lo más lógico es que permitan a los partidos políticos acompañarlos en su accionar de protesta y movilización.

Pero, esto me obliga a hacer un llamado de atención a los partidos políticos y sus líderes. En cada una de esas manifestaciones estudiantiles no había un solo dirigente político. De hecho, la Mesa de la Unidad convocó a una concentración frente a Conatel, y ninguno de los que llamaron a esa protesta acudió al sitio.

Puede entenderse que los dirigentes políticos no quieran acercarse a los estudiantes, debido al rechazo que sienten por parte de estos. Pero la respuesta no puede ser la omisión y el silencio. En la manifestación de los estudiantes faltó de manera evidente una cara visible de un dirigente político, que representara a los partidos políticos, a la Mesa de Unidad. Alguien que le explicara a algunos que la mejor manera de protestar no es quemando cauchos ni trancando calles. He allí la importancia de la presencia de los líderes políticos.

Es básico que estén ahí, acompañando a los estudiantes. Es una exigencia ciudadana que los líderes acompañen a la ciudadanía en las protestas.

La protesta es de todos. Los estudiantes serán recordados por las generaciones futuras como los hacedores de la patria. Para ellos, mi mayor reconocimiento de admiración. Nunca una generación estuvo tan clara como la actual. Los partidos políticos, por su parte, son absolutamente necesarios en democracia. Luego, la unión de ambos factores es básica. La organización que entre ambos factores se haga es el núcleo esencial de un complejo político, necesario para hacer una oposición efectiva.

Es necesario que un programa de gobierno para la transformación del Estado de cosas imperantes ha de estar basado y orientado hacia la recuperación de la vigencia de los postulados básicos de la democracia. La figura de los partidos políticos es uno de esos pilares. Su uso hay que rescatarlo.

Twitter: @rojasperezm

Hacia una Concertación Venezolana

HACIA UNA CONCERTACIÓN VENEZOLANA

Manuel Rojas Pérez

Publicado en el Correo del Caroní

25 de enero 2010

Que la unidad de la oposición es básica para derrotar al oficialismo en las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre es un hecho indudable. La sociedad venezolana que no apoya al Gobierno nacional pide a gritos la unión de todos los sectores políticos y ciudadanos, para lograr una mayoría en la próxima Asamblea Nacional.

De hecho, hemos visto cómo los partidos políticos han realizado esfuerzos importantes para llegar a tal unión. Tenemos como resultado concreto la creación de la Mesa de Unidad Nacional, en donde todos los partidos políticos de oposición se reúnen para lograr acuerdos electorales y candidatos unitarios de cara a las elecciones. No se puede dudar del inmenso esfuerzo que los diversos grupos políticos están realizando para lograr pactos y alianzas. No sólo se estudia la posibilidad de que todos los partidos apoyen a un solo candidato por cada circunscripción, sino que se están tratando de elegir a los mejores, para lograr convencer al electorado y darles parlamentarios de altura y con verdadera convicción democrática.

Hay que resaltar que esta unidad se ha hecho complicada por simples razones democráticas: la oposición está configurada por muchas personas, muchas ideas, las cuales se respetan todas, a las que se les da la misma jerarquía, mientras que del otro lado, al mejor estilo fascista, hay un jefe, un mandamás, una persona que ordena a su antojo y decide quienes son los candidatos y quienes no. En fin, del lado de la oposición debe haber negociación y consenso, porque no hay un jefe único que dicte líneas ni ponga y disponga.

Pero no es eso lo que queremos resaltar hoy. La unidad debe constar de dos factores determinantes: (i) acuerdos de gestión electoral, y; (ii) acuerdos de gestión post electoral. Es decir, buscar concertación.

Aquí, conviene recordar en qué consiste la Concertación de Partidos por la Democracia de Chile, a propósito de las recientes elecciones en ese país. La Concertación es una coalición política de diversos partidos políticos chilenos que nació frente a la dictadura de Augusto Pinochet. Dieciséis partidos políticos chilenos, opositores al régimen pinochetista, se unieron en un solo bloque para ir unidos en el plebiscito nacional del 5 de octubre de 1988. Nótese que a pesar de haber conformado un bloque unitario, ninguno de los miembros perdió su carácter de partidos políticos independientes. También hay que destacar que cada partido de la Concertación tiene visiones de país distintas: ahí conviven, entre otros, el Partido Socialista Chileno, el Partido Demócrata Cristiano, el Partido Liberal, el Partido Humanista y el Partido Social Demócrata.

La Coalición obtuvo la victoria en ese plebiscito, por lo que Pinochet se vio obligado a llamar a elecciones para elegir un presidente y un Poder Legislativo. Aquí se resalta la inteligencia y la importancia de la unidad de la Concertación. Esta mantuvo la disciplina política interna, y presentó un candidato único a la presidencia de la República, en ese caso al democratacristiano Patricio Aylwin. Igualmente la Concertación logró candidatos únicos para el Poder Legislativo y logró una clara mayoría de diputados.

Desde este mismo primer gobierno concertacionista, la unidad chilena mantuvo un trabajo de base y disciplina electoral admirable, a pesar de las diferencias ideológicas que cada partido pudiese tener. Por ello, la Concertación logró la victoria en las primeras elecciones municipales y las siguientes en las cuales se renovó la totalidad de la Cámara y una mitad del Senado. En este mismo momento la coalición logró elegir a su segundo presidente, el también democristiano Eduardo Frei.

En definitiva, la Concertación se logró gracias a la unidad de propósito, que era ir en un solo bloque electoral opositor al plebiscito de 1988, lo cual logró un resultado, la victoria en esas elecciones, y unidad de continuidad, que era mantener esa unidad en el transcurso del tiempo para lograr buenos gobiernos que permitieran al pueblo chileno olvidar a la dictadura.

Para lograr una derrota del chavismo que sea efectiva en el tiempo, la Unidad opositora pasa, en primer término, por una unidad de propósito. Es decir, que cada uno de los miembros de la Mesa de Unidad tenga un mismo fin.

Ya se vislumbra una unidad de propósito en el plano electoral. “La unidad es la alternativa para consolidar una mayoría capaz producir el cambio político que nos hace falta en Venezuela, participando juntos en las elecciones, con los mismos candidatos y el mismo programa de desarrollo humano y progreso social, y para defender el derecho del pueblo a elegir en comicios limpios, libres de manipulación y ventajismo, y hacer respetar a los gobernantes y representantes que elegimos con nuestro voto”, se dijo en el acto de instalación de la Mesa de la Unidad.

Pero el segundo gran paso, necesario por demás, es lograr que los partidos políticos logren una Unidad de continuidad, esto es, comprometerse a mantener la unión férrea después de las elecciones del 26 de septiembre de 2009, con el propósito de dar a los venezolanos un bloque opositor compacto frente al ataque gubernamental.

Una oposición unida, ya no ante eventos electorales sino a eventos de magnitud político-social, es clave para mantener a raya los designios de Miraflores. Como ya lo comentábamos, el ejemplo chileno es clave en esto. La concertación chilena no se desunió después de haber alcanzado la victoria en el plebiscito de 1988. Por el contrario, renovaron sus votos de trabajo común, y el reforzamiento de esa unidad obligó a mantener alejadas las ansias de poder de Augusto Pinochet, y a permitir la refundación y consolidación de la democracia.

En Venezuela necesitamos una suerte de Concertación, no solo para el tema electoral, sino para efectos de continuidad política, que refrene los ataques de Chávez ante una posible derrota electoral, y que brinde a los venezolanos seguridad y tranquilidad. Esperemos que el llamado a la Unidad que desde la oposición venimos haciendo, no caiga en el olvido después del 26 de septiembre.

Twitter @rojasperezm