miércoles, 25 de mayo de 2011

Nuevo gobierno sin reelección

Nuevo gobierno sin reelección

Manuel Rojas Pérez

Correo del Caroní, 23 de mayo de 2011

 

Si ha habido una batalla titánica a nivel político entre los factores democráticos representados en la Mesa de la Unidad y los agentes que adversan la democracia que están en el chavismo, es en el tema de la reelección en el ejercicio de los cargos de elección popular.

En 2007, el presidente Chávez propuso una reforma a la Constitución con dos fines: implantar el Estado Comunal y atornillarse en la silla de Miraflores mediante la reelección indefinida, cosa que, a pesar de haber sido rechazada electoralmente por el pueblo, después instauró mediante una fraudulenta enmienda constitucional.

El punto es que desde 2009, todos los cargos de elección popular son reelegibles indefinidamente, sin límite alguno.

Ante eso, en su momento, desde la oposición alegamos con fuerza que la reelección indefinida es contraria al artículo 6 de la Carta Magna, que establece el carácter alternativo del gobierno de Venezuela. También dijimos que tal figura no permite que otros venezolanos aspiren, que eso limita los derechos políticos de los ciudadanos ya que no hay pluralidad en el ejercicio de la gestión pública. Que una misma persona mucho tiempo en el ejercicio del poder terminaría corrompida por este y traería inconvenientes, porque dejaría de pensar en el país para solo maquinar como quedarse más tiempo aferrado al cargo.

Luego, el próximo gobernante nacional, que estamos seguros, será quien resulte electo en las elecciones primarias de la Mesa de la Unidad, debería comprometerse públicamente a hacer un solo gobierno sin reelección, a pesar que esta figura esté consagrada en la Constitución, para que frente al elector haya una coherencia entre lo que hemos dicho como oposición y como nos comportaremos como gobierno.

Debo dejar claro algo, en aras de mi honestidad intelectual: soy partidario de la reelección, siempre y cuando esta sea limitada. En el año 2006 escribí una monografía para el libro “Temas Constitucionales” que coordiné para la Fundación Estudios de Derecho Administrativo, donde propuse, que en vez de una reelección indefinida, Venezuela debía contar con una reelección a un solo período, o en todo caso, volver al sistema de la Constitución de 1961, donde la reelección solo era posible luego de pasados dos períodos constitucionales. Cierto es que la reelección favorece la continuidad de las políticas públicas, en particular las económicas y fiscales, lo que genera mayor seguridad en cuanto al desarrollo de estas, y a las inversiones nacionales y extranjeras.

Sin embargo, a pesar de esta posición, que mantengo desde lo teórico, considero que el próximo gobierno, por ser un gobierno de transición, debe asegurarse de cumplir con metas específicas para colocar la alfombra a un gobierno democrático en el 2018 que ya sería de carácter normal. Para ser coherentes, para que el electorado vea conexión entre el discurso y la ejecución de las políticas públicas.

De nada vale gritar, chillar, señalar al presidente y acusarlo de antidemocrático por aferrarse a la reelección indefinida si nosotros desde la oposición, apenas tomemos el poder, hacemos lo mismo.

Por ello, lo más claro para el pueblo sería que el futuro presidente de la República se comprometa a no reelegirse en el cargo. Además, asegura al elector que tal gobierno será verdaderamente de transición. Más allá entonces de las bondades de una reelección limitada, es hoy día fundamental ser lineales en nuestro argumento, ser coherentes, ser sinceros, para no confundir a los electores.

En fin, como decía Maurice Hauriou “Dada la continuidad que debe caracterizar al poder de derecho, es necesario que éste se apoye todo lo posible en instituciones permanentes y lo menos posible en los hombres que lo ejercen efímeramente”. Esto debemos convertirlo en un postulado dentro de la oposición, para no vivir otra pesadilla como la que estamos padeciendo, pero de la que saldremos en 2012.

Twitter: @rojasperezm

No hay comentarios: