miércoles, 21 de noviembre de 2007

La diputada Varela y la nueva Política

La diputada Varela y la nueva Política

Manuel Rojas Pérez
Publicado en el Correo del Caroní el viernes 23 de noviembre de 2007

La ejemplaridad y honradez son virtudes que deben presidir
la actuación
de los servidores públicos
Jesús González Pérez


Si algo nos demostró la diputada Iris Varela con su actitud indecorosa y pendenciera contra un periodista, es lo que nos viene si permitimos que entre en vigencia la nueva Constitución.
Lo que se vio por las cámaras de televisión, donde una diputada tomó la justicia por su propia mano, cosa expresamente prohibida a los ciudadanos, es el sinónimo más evidente del autoritarismo que se impone desde Miraflores.
Políticamente hablando, autoritarismo implica un régimen u organización política que ejerce el poder sin limitaciones. Y cuando la diputada Varela retaba al periodista Gustavo Azocar a que la demandara, se vio el más claro signo que el Estado de Derecho en Venezuela simplemente fue asesinado por los gobernantes de turno. Autoritarismo al extremo.
Lo más grave de todo esto, es que quien realizó esta acción ilegal, esa vía de hecho, es diputada de la República. Los diputados son los funcionarios elegidos popularmente para crear las leyes. Y las leyes son para respetarlas. Luego, si quien hace la ley la incumple ¿que podemos esperar los venezolanos frente a esa representación legislativa? Simplemente nada bueno.
Si la diputada Varela se sintió mancillada en su honor y reputación, si vio amenazada su integridad moral, debió acudir a las vías jurisdiccionales respectivas, y ejercer una denuncia por difamación, o una demanda por daño moral. Pero nunca, nunca, llegar a esas actitudes violentas. Para eso es la democracia, para disentir unos de otros, y poder resolver los problemas civilizadamente.
Lo que hizo la diputada Varela ayer, no es otra cosa que un delito, consagrado en los artículos 415 y siguientes del Código Penal. Y es que la diputada mediante una vía de hecho causó lesiones al periodista Gustavo Azocar, con dolo, es decir, con la intención manifiesta de causar el daño.
Por supuesto, ese delito no será sancionado mientras los poderes públicos se mantengan todos bajo el control de una sola persona, mientras el fiscal general de la República sea el mismo que antes fue vicepresidente ejecutivo de la República, con lo cual, evidentemente no hay imparcialidad. Quizás me terminen acusando a mí de difamación por escribir estas líneas.
Decíamos que ese delito no será sancionado. Y no será sancionado simplemente porque los propios colegas diputados de la diputada Varela ya se pronunciaron, y dijeron que simplemente lo que había ocurrido era por el carácter explosivo “pero justo” de la diputada. Tanto cinismo junto en verdad asquea.
Pero, lo que en verdad quiero destacar aquí, no es la actitud bochornosa de la diputada. Es el peligro que encierra la consolidación del autoritarismo por medio de la nueva Constitución que pretende aprobar el gobierno
La actitud que vimos de la diputada Varela, está íntimamente amarrado con lo que los venezolanos nos estamos jugando hoy, el 2 de diciembre y después de esa fecha.
Es claro que la nueva Constitución que pretende aprobarse fraudulentamente mediante un procedimiento de reforma constitucional que no es tal, es una Carta Magna de carácter totalitario, que rompe con todos los esquemas democráticos, y que otorga poderes superiores tanto al presidente como a los miembros de su partido político, entre ellos, por supuesto, la diputada Varela. Estos actualmente, con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela actúan de manera soberbia, por encima de todas las normas, creyéndose superiores a estas.
Pues con la nueva Constitución, lo que vivió Gustavo Azocar lo viviremos todos los venezolanos todos los días, ya que la nueva Carta Magna hincha de poder a quien ya está hinchado.
¿Qué nos espera? Pues nos espera la irracionalidad de los funcionarios del gobierno que se empeñan en pasar por encima de las leyes, incluso con una Constitución garantista como la actual. Y con una nueva Constitución como la que se propone, que pretende eliminar de un tajo los principios de la alternabilidad, del sufragio libre, de los derechos políticos amplios, una Constitución que simplemente enrosca en el poder a los que ya están, con una Constitución como la que pretenden aprobar, nos esperan muchos insultos y muchas cachetadas a todos los venezolanos de parte de la diputada Varela y de los demás seguidores afectos al gobierno.

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