miércoles, 26 de octubre de 2011

ACABAR LA GUERRA CON LA PAZ

Acabar la guerra con la paz

Manuel Rojas Pérez
Correo del Caroní, lunes 25 de octubre de 2011

El pasado 20 de octubre, el mundo se vio asombrado por dos noticias que lo estremecieron. Por una parte, en Libia fue encontrado, retenido y finalmente herido mortalmente el dictador Moamar Gadafi, dando fin a cuarenta y dos años de una dictadura sanguinaria. Por otra parte, en España, el grupo terrorista ETA anunció públicamente el cese de su actividad armada, sin condiciones a cambio.

No quiero, entrometerme en la materia de los especialistas en derecho internacional público y diplomacia. Solo deseo hacer un pequeño bosquejo de ambas condiciones para aterrizar en Venezuela.

A Moamar Gadafi lo derrocó su propio pueblo. Con ayuda extranjera, cierto, pero al fin y al cabo, fue el propio pueblo libio que se hartó de cuarenta y dos años de torturas, salvajismos y desprecios de quien llamaba a los opositores “ratas”, “perros” o “alimañas”. Así, es derrocado Gadafi, quien huye de Trípoli a Sirte, donde el jueves 20 de octubre es encontrado por las tropas rebeldes libias. Sin embargo, una vez que lo detienen, herido pero con vida, este es ajusticiado por esas mismas tropas. No lo entregaron a la justicia para que fuese enjuiciado. Los rebeldes acabaron con un tiro en la cabeza la posibilidad de hacer justicia.

En España, por el contrario, años de negociación, de conversaciones, de presiones institucionales, políticas y económicas, lograron sofocar a los terroristas de ETA quienes, al fin, tuvieron que salir a la luz pública a alzar la bandera blanca de la paz, por primera vez en cuarenta y tres años. A diferencia de Libia, esto se logró sin un baño de sangre distinto al que la propia ETA había derramado. Es decir, por medio de mecanismos institucionales y democráticos, sin los peligrosísimos “daños colaterales” el gobierno y la sociedad española acabaron con la barbarie.

Esto me trae a Venezuela. Es común oír en la calle que aquí no hay otra salida sino la violenta. Que Chávez no entregará el poder cuando pierda en el 2012 y que solo queda la salida armada. Que necesariamente en Venezuela viene un derrame de sangre. Pues eso no es cierto, y España nos lo acaba de demostrar.

Las vías pacíficas y democráticas resultan mucho más efectivas y sustentables que las salidas armadas. En España se logró asfixiar económica, política y moralmente a los terroristas. Es muy difícil para ellos volver a asumir su posición de poder de terror, ya que no tienen con qué hacerlo y su apoyo sería casi nulo. En cambio, en Libia los rebeldes al caer al mismo terreno de Gadafi, es decir, al convertirse en lo mismo que criticaban, moralmente están dando paso a una nueva dictadura, a un nuevo signo de destrucción. Porque si la cabeza de Gadafi se convirtió en un trofeo para los rebeldes libios ¿quién asegura que los seguidores del ex líder libio no serán también ajusticiados de la misma manera? Se ha abierto el camino en Libia para una nueva carnicería, nada diferente a la que desde 1969 instauró el dictador. Esos gestos no son gratuitos pues contaminan de inmoralidad la nueva política que quieren poner en marcha sus autores aunque estos sean los enterradores de una dictadura y se presenten en la historia con la vitola de resistentes o campeones de la libertad

En Venezuela, por suerte, hemos resuelto salir del atolladero histórico en que nos ha hundido en irresponsable presidente Chávez. Saldremos de ese camino de desastre, incertidumbre, incompetencia e impunidad por medios democráticos, pacíficos y constitucionales. No necesitamos intervenciones extranjeras, armas, odios, guerras, para salir adelante

Tal como me dijo mi gran amigo René Solla, miembro del PSOE español, la paz el mejor camino para lograr la libertad. Por ello, el presidente Chávez se quedará con las ganas de resolver esto violentamente, porque nuestro camino, el camino de los demócratas que estamos representados por la oposición venezolana, es el electoral, el pacífico.

Como sus colegas de ETA, el mismo 7 de octubre de 2012, el presidente reconocerá su derrota y el cese de su lucha armada y violenta contra los venezolanos. Y lo lograremos como España, con mecanismos democráticos.

Twitter: @rojasperezm

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