viernes, 22 de julio de 2011

Unidad sin apellidos

Unidad sin apellidos

Manuel Rojas Pérez

La unidad democrática se ha convertido en mucho más que la marca o la tarjeta de presentación de la oposición al régimen chavista. No es solo un nombre o un logo. No. Es mucho, muchísimo más que eso.

Esta unidad democrática fue creada con la intención de convertirse en un sólido bloque amplio, fuerte y consolidado para hacer frente a otro bloque sólido, lleno de dinero y poder como lo es el chavismo.

Hugo Chávez tenía diez años corriendo solo, sin una oposición estructurada, sin nadie que de manera organizada plasmara una visión de país distinta al fascismo chavista. Entonces, al buen manejo de la política de Chávez, se le unía esa falta casi absoluta de oposición instituida.

Hasta que llegó el 2008 y los partidos entendieron la importancia de hacer un bloque común, una estructura que fuese tan fuerte y cohesionada como el chavismo, lo cual solo se lograba con la unión de todos los partidos de oposición. Se logró inicialmente en el 2008. Con esa unión, aun no definitiva se lograron importantes gobernaciones: Miranda, Nueva Esparta, Zulia, Carabobo, Táchira, a la cual se sumó tiempo después Lara.

Pero en el 2010, se estableció definitivamente la unidad, por medio de la histórica Mesa de la Unidad Democrática. De ella se conformó un acuerdo que terminó siendo una unidad perfecta: ciento sesenta y cinco candidatos únicos, más sus suplentes, que hicieron que la oposición lograra la mayoría de los votos a la Asamblea Nacional.

En fin, la unidad, por medio de la Mesa de la Unidad Democrática, se ha convertido en una institución básica, necesaria, inamovible.

Hago toda esta reseña por una preocupación de una situación alrededor de la Mesa de la Unidad.

Hablaré sin amagues ni rodeos para que se entienda claramente mi preocupación: un conjunto de partidos políticos que forman parte de la Mesa de la Unidad decidieron crear un grupo llamado “Grupo de Unidad Progresista”, conformado inicialmente por el PPT, Causa R, MAS, Podemos y Bandera Roja. A este grupo se le sumó la semana pasada Primero Justicia y crearon un llamado “bloque parlamentario progresista”.

Quiero creer que la intención de este grupo es mantenerse dentro de la Unidad Democrática, cohesionar aún más esta. Espero que no esté dentro de la voluntad de este grupo el deslindarse de la Mesa de la Unidad.

Mi preocupación viene primero en el mensaje que le puede llegar a la gente: tener una Mesa de la Unidad y a la vez un grupo de Unidad Progresista (o unidad superior como también le llaman) puede hacer entender a la gente que no hay real unidad, que el bloque compacto que se logró en el 2010 y nos dio tan buenos resultados, está siendo roto por este nuevo grupo.

Y mi segunda inquietud viene justamente con la intención de ese bloque. Insisto en que espero que la idea no sea la de deslindarse de la Mesa de la Unidad. Eso sería un error garrafal, un suicidio político, una entrega en bandeja de plata al chavismo de las elecciones del 2012.

No entiendo a que juega esta llamada unidad superior, ni cuál es su real función. Si ya tenemos a la Mesa de la Unidad, no se entiende muy bien para que crear otro bloque.

Y es que la unidad no tiene apellidos. Es unidad y punto. Es ese el mensaje que le debe llegar a la gente, que todos estamos trabajando por un mismo fin, bajo un mismo techo. Cada quien con sus intereses y sus ideas, cierto. Con sus individualidades, sus planteamientos propios, pero siempre bajo una misma estructura como lo es la Mesa de la Unidad.

La Mesa de la Unidad dejó de ser un experimento para convertirse en una realidad. Una realidad muy exitosa. La muestras están en los resultados del 26 de septiembre de 2010: mayoría de votos frente al chavismo, unidad perfecta en la selección de candidatos, respeto entre todos ellos, organización y planificación de las campañas electorales.

Luego, no hay que inventar, porque todos los inventos están hechos. Ojala se aclare esto y mi preocupación sea en vano.

Twitter: @rojasperezm

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