lunes, 11 de diciembre de 2006

Reflexiones para una nueva oposición

Reflexiones para una nueva oposición

Manuel Rojas Pérez

Publicado el 22 de diciembre de 2006 en el Correo del Caroní

Llegó el 3D, y las expectativas de quien escribe se esfumaron. Tenía la absoluta esperanza que se lograría salir de Hugo Chávez, basado en la información que desde el referendo revocatorio nos había proporcionado la dirigencia de la oposición. Hoy, Hugo Chávez se ha relegitimado como presidente. Esto me lleva a someter el asunto a un severo análisis, donde, extrañamente, termina el presidente Chávez como el bueno y la oposición como la mala. De cara a los resultados, tengo que ser muy crítico con la oposición, quien nos ha engañado durante estos larguisimos ocho años.
1.- En el escenario que haya habido fraude, como algunos piensan, pues no se cumplió con aquello de ganar y cobrar. Se dice que Manuel Rosales fue amenazado de muerte, que le iban a secuestrar a sus hijos si no reconocía un triunfo inexistente de Chávez, que lo amenazaron con meterlo preso, etc., etc., etc. Me pregunto: ¿Rosales no estaba preparado para esto? Tenía que estarlo, y si o lo estaba, bien tonto que fue. Por otra parte, hay quienes piensan que Rosales se vendió al gobierno para que lo dejaran tranquilo en su gobernación. Y hay quienes llegan a pensar que Rosales siempre fue un parapeto montado por el gobierno para darle legitimidad, a cambio de no meterlo preso por la firma del decreto Carmona. Si esto es así, no hay cabida para nosotros en este país. Ojala que Teodoro tenga razón y esta tesis no sea la verdadera.
2.- Segundo escenario: en verdad se perdieron los votos. El Chavismo es mayoría. Si esto es así, que en verdad pareciera, la oposición nos engañó durante todos estos años. Si en verdad esto es así, pues el referendo se perdió y no hubo el fulano fraude. Si de verdad esto es así, las elecciones de gobernadores y alcaldes de 2004 fueron del todo limpias, y Salas Feo en Carabobo perdió si trampa, así como Rojas Suárez en Bolívar o Carlos Ocariz en el municipio Sucre del estado Miranda. Y lo más grave de esto es que entonces, si la dirigencia de oposición sabía que el referendo se había perdido, nos llevaron a un abismo sin fondo al retirarse de las elecciones a la Asamblea Nacional. Si hacemos memoria, el retiro de las candidaturas se llevó a cabo, montados en el supuesto fraude del referendo, y en la trampa que tenían montada con las maquinitas. Si la dirigencia de oposición sabía que éramos minoría, ¿Por qué no peleamos por algunos escaños en la Asamblea Nacional? Se tendrían algunos diputados ahí. Esto es a mi modo de ver, gravísimo.
Si de verdad perdimos, pues hay que reconocerlo. Pero habría que cobrar muy caro a esa oposición que nos llevó a convencernos que éramos mayoría, y que por ende, nos robaron el referendo.
Por ende, requerimos de una nueva oposición.
Una oposición que no se limite exclusivamente a criticar las obras de gobierno. Una oposición que haga propuestas serias al país, de cara a los nuevos tiempos que se avecinan. A Hugo Chávez no se le combate en el terreno de la retórica, ya que sale siempre favorecido. Hay que atacarlo desde el terreno de los hechos y las propuestas serias. Una oposición que le hable claro al país.
Esa nueva oposición debe basarse en propuestas: proyectos de ley, de reglamentos, entrar y discutir en los consejos comunales. No puede apoyarse sólo en la crítica pura y simple, sino hacer una crítica constructiva, ejemplarizante, ética, donde los ciudadanos se sientan identificados.
Esa nueva oposición debe actuar con verdadera honestidad y capacidad, para poder ejercer acciones contundentes que permitan al ciudadano tener al frente nuevas propuestas que mejoren su calidad de vida.
Por ende, llamamos a construir una nueva oposición, alejada de lo que hemos tenido, de los partidos tradicionales, de las caras de siempre.
A eso llamamos.

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