viernes, 29 de julio de 2011

Las lecciones de la Vinotinto

Las lecciones de la Vinotinto

Manuel Rojas Pérez

Correo del Caroní, lunes 25 de julio de 2011

 

No pretendo hablar de futbol. Esa no es mi área. Los deportes para los comentaristas deportivos. Solo pretendo evaluar una serie de actitudes muy positivas que demostramos los venezolanos en el marco de los juegos de la selección venezolana de futbol, la popular Vinotinto, en la Copa América celebrada en Argentina.

Venezuela por una vez dejó de decir: Pa´lante Comandante; Viene María; no pasarán; Patria, Socialismo o Muerte; Pan, Tierra y Trabajo… dejamos de ser blancos, rojos, amarillos, azules, anaranjados para ser unicolores, para ser vinotintos.

Por primera vez en muchos años, fuimos un solo bloque compacto, una sola nación, un solo sentimiento.

La defensa de Venezuela y de lo venezolano se hizo sentir. Todos nos sentimos ofendidos con las palabras de ex futbolista mexicano Hugo Sánchez, quien dijo despectivamente que el uniforme de Venezuela antes era blanco pero que de tanto palo que ha llevado, la sangre lo tiñó color vinotinto. La reacción no se hizo esperar. Miles de venezolanos salimos en defensa de nuestra patria. Por twitter, y correos electrónicos reclamamos a ese señor su conducta irrespetuosa.

Igual le pasó a David Faitelson, otro comentarista mexicano de ESPN que, primero defendió las groseras palabra de Hugo Sánchez, y luego tuvo la osadía de decir que Venezuela no merecía ganar la Copa América porque nunca había ido a un mundial de futbol. Al grito de “la Vinotinto se respeta”, los venezolanos nos alzamos contra tamaña injusticia de ese personaje. El twitter y el facebook se iban cayendo de mensajes recriminatorios contra ese señor. Richard Méndez, un periodista venezolano, en un programa de radio, le reclamo muy airadamente a Faitelson su malcriada mención. Hasta Fernando Del Rincón, de CNN, defendió a Venezuela de Faitelson.

Nos molestamos porque se metieron con nosotros. Y eso es bonito, es sano. Por fin los venezolanos empezamos a valorar, a sentir y a defender lo nuestro. La reacción en defensa de la Vinotinto, es decir, de Venezuela, nos deja claro que no han podido cubanizarnos en estos doce años. Seguimos siendo venezolanos, lo patrio nos sigue corriendo por las venas, a pesar de los esfuerzos del chafarote que ahora está tratándose en Cuba.

La selección de futbol de Venezuela nos ha dado muchas lecciones. Todas positivas. Primero, que las cosas no se dan de un día para otro, sino que hay que trabajarlas con mucho esfuerzo para que el resultado no sea efímero sino sustentable en el tiempo. También nos enseñó la Vinotinto que el trabajo que se haga tiene que hacerse en equipo, en unidad, todos trabajando al unísono con un solo fin, y que a veces algunos tienen que ser abridores y otros estar en la reserva y entrar a jugar cuando las condiciones lo exijan. Otra lección tiene que ver en la importancia del valor privado. Hay que decirlo: sin el apoyo del sector privado, especialmente de Empresas Polar, nada de esto hubiese pasado. Otra cosa que se demuestra es que hay que confiar en nuestros conductores. Muchos, y aquí me incluyo, pedimos la cabeza del profesor Cesar Farías, diciendo que no merecía ser director técnico de la selección, pero se demostró que no siempre los opinadores de oficio tenemos razón. Esto va con los que a diario atacan a la MUD, sin darse cuenta de sus exitosos resultados.

La Vinitonto ha unido a Venezuela por fin. Nos hizo sentir que somos venezolanos. Que lo que pasa por nuestras venas no es horchata, sino que es sangre, sangre tricolor. El hecho de defender a Venezuela con tanto ahínco fue realmente hermoso. Que salgamos a protestar porque un bocón extranjero venga a hablar estupideces de los venezolanos me llenó de orgullo.

Ya pasaron los días en que no nos importaba la entrega de Venezuela ni lo que le pasara. Ya sabemos que Venezuela es nuestra, no de los cubanos, no de los rusos, no de los apátridas que gobiernan y que quieren entregarla a cualquier potencia extranjera a cambio de una bolsa de morocotas. La selección de futbol de Venezuela nos demuestra que somos un país, un bloque unido, y que solo con la unidad podemos lograr los mejores resultados para nuestra patria.

Twitter: @rojasperezm

viernes, 22 de julio de 2011

Unidad sin apellidos

Unidad sin apellidos

Manuel Rojas Pérez

La unidad democrática se ha convertido en mucho más que la marca o la tarjeta de presentación de la oposición al régimen chavista. No es solo un nombre o un logo. No. Es mucho, muchísimo más que eso.

Esta unidad democrática fue creada con la intención de convertirse en un sólido bloque amplio, fuerte y consolidado para hacer frente a otro bloque sólido, lleno de dinero y poder como lo es el chavismo.

Hugo Chávez tenía diez años corriendo solo, sin una oposición estructurada, sin nadie que de manera organizada plasmara una visión de país distinta al fascismo chavista. Entonces, al buen manejo de la política de Chávez, se le unía esa falta casi absoluta de oposición instituida.

Hasta que llegó el 2008 y los partidos entendieron la importancia de hacer un bloque común, una estructura que fuese tan fuerte y cohesionada como el chavismo, lo cual solo se lograba con la unión de todos los partidos de oposición. Se logró inicialmente en el 2008. Con esa unión, aun no definitiva se lograron importantes gobernaciones: Miranda, Nueva Esparta, Zulia, Carabobo, Táchira, a la cual se sumó tiempo después Lara.

Pero en el 2010, se estableció definitivamente la unidad, por medio de la histórica Mesa de la Unidad Democrática. De ella se conformó un acuerdo que terminó siendo una unidad perfecta: ciento sesenta y cinco candidatos únicos, más sus suplentes, que hicieron que la oposición lograra la mayoría de los votos a la Asamblea Nacional.

En fin, la unidad, por medio de la Mesa de la Unidad Democrática, se ha convertido en una institución básica, necesaria, inamovible.

Hago toda esta reseña por una preocupación de una situación alrededor de la Mesa de la Unidad.

Hablaré sin amagues ni rodeos para que se entienda claramente mi preocupación: un conjunto de partidos políticos que forman parte de la Mesa de la Unidad decidieron crear un grupo llamado “Grupo de Unidad Progresista”, conformado inicialmente por el PPT, Causa R, MAS, Podemos y Bandera Roja. A este grupo se le sumó la semana pasada Primero Justicia y crearon un llamado “bloque parlamentario progresista”.

Quiero creer que la intención de este grupo es mantenerse dentro de la Unidad Democrática, cohesionar aún más esta. Espero que no esté dentro de la voluntad de este grupo el deslindarse de la Mesa de la Unidad.

Mi preocupación viene primero en el mensaje que le puede llegar a la gente: tener una Mesa de la Unidad y a la vez un grupo de Unidad Progresista (o unidad superior como también le llaman) puede hacer entender a la gente que no hay real unidad, que el bloque compacto que se logró en el 2010 y nos dio tan buenos resultados, está siendo roto por este nuevo grupo.

Y mi segunda inquietud viene justamente con la intención de ese bloque. Insisto en que espero que la idea no sea la de deslindarse de la Mesa de la Unidad. Eso sería un error garrafal, un suicidio político, una entrega en bandeja de plata al chavismo de las elecciones del 2012.

No entiendo a que juega esta llamada unidad superior, ni cuál es su real función. Si ya tenemos a la Mesa de la Unidad, no se entiende muy bien para que crear otro bloque.

Y es que la unidad no tiene apellidos. Es unidad y punto. Es ese el mensaje que le debe llegar a la gente, que todos estamos trabajando por un mismo fin, bajo un mismo techo. Cada quien con sus intereses y sus ideas, cierto. Con sus individualidades, sus planteamientos propios, pero siempre bajo una misma estructura como lo es la Mesa de la Unidad.

La Mesa de la Unidad dejó de ser un experimento para convertirse en una realidad. Una realidad muy exitosa. La muestras están en los resultados del 26 de septiembre de 2010: mayoría de votos frente al chavismo, unidad perfecta en la selección de candidatos, respeto entre todos ellos, organización y planificación de las campañas electorales.

Luego, no hay que inventar, porque todos los inventos están hechos. Ojala se aclare esto y mi preocupación sea en vano.

Twitter: @rojasperezm