jueves, 29 de marzo de 2007

El pensamiento único y la negación de la historia

El pensamiento único y la negación de la historia

Manuel Rojas Pérez

Publicado en el Correo del Caroní el 6 de abril de 2007

Lo que está planteado en la mesa del oficialismo, no es otra cosa que un pensamiento único. Sino, ¿para que quiere el comandante un partido único? Simplemente, para tener un sólo pensamiento político, un sólo carril, y pobre del que se salga del mismo.
El problema capital del pensamiento único, es que se tiene una sóla idea de las cosas, una única noción, lo cual trae como consecuencia el nacimiento de una sociedad autómata, que no ve más allá de lo que permite el líder.
Cuba, por ejemplo, o la Rusia comunista, son claros ejemplos de ello. La educación es exclusivamente impartida por el Estado. Luego, la única verdad posible es la que al Estado le conviene. Para los cubanos, el único modelo económico existente en el mundo es el comunista. Fuera de ello, lo demás no existe.
En Venezuela, se nos viene encima el pensamiento único. Ya el presidente está decidido a conformar un partido único, con aspiraciones de una sóla tendencia revolucionaria, donde no exista marxismo, trotskismo, leninismo, socialismo democrático o hasta capitalismo. No, sólo puede haber un único pensamiento: el socialismo del siglo XXI, que, ni es socialismo, ni es de este siglo.
Aquí, caemos en lo que quiero rescatar con este escrito. La historia. Siempre he dicho que este gobierno, y en particular el presidente, se ha dedicado a trastocar la historia, a reformarla, a taparla con un dedo, hasta desfigurarla por completo. Me explico con un ejemplo.
El nuevo enemigo de la revolución es el general José Antonio Páez. La historia de Páez es apasionante. El militar que, junto con un grupo de zambos alzados, con un cuerpo de caballería logró tomar siete barcos españoles, anclados en medio del río Apure; que, bajo las ordenes del Libertador recuperó militarmente a San Fernando de Apure y con ello, a los llanos venezolanos; que derrotó a Miguel de la Torre; que el 2 de abril de 1819 aplastó en las Queseras del Medio al general Pablo Morillo; que desempeñó un papel básico en la Batalla de Carabobo; que en 1823, tomó la plaza de Puerto Cabello, último refugio de los españoles en Venezuela. Páez, que desafió la autoridad de Bolívar, y se opuso a la unión de las naciones latinoamericanas en una sola.
¿Por qué entré en este tema si venía hablando del pensamiento único chavista? Bueno, justamente, porque el pensamiento único intenta alterar a la historia a la conveniencia del Estado.
En el caso de Páez, tenemos un ejemplo preciso. Reconocer la historia y la importancia del general Páez es aceptar que pueden existir contrafiguras a los símbolos históricos fundamentales. Páez se convirtió, por obra de las circunstancias, a mi parecer, en una contrafigura del Libertador, en una sombra a su grandeza. Páez, fue alguien que, si bien no restó meritos a Bolívar, si le quitó protagonismo.
Es esto lo que molesta a Chávez, quien se cree un Bolívar reeditado y hasta mejorado. Como Chávez lo entiende, Bolívar no puede tener a nadie que le reste protagonismos porque se pemitiría la existencia de una contrafigura a Chávez. La negación de Páez por parte del presidente Chávez es un llamado para todo aquel que pretenda hacerle sombra a su grandeza, a quien quiera hurtarle importancia. El pensamiento único aquí, sirve entonces para programar a la sociedad, a que no se atrevan a confrontar las ideas del comandante. A actuar como robot, como computadoras y no como seres humanos. ¿Dondes está aquí el fulano socialismo y el humanismo que dice tener la filosofía chavista?
No pretendo aquí defender o no la posición que en su momento tuvo Páez, para ello están los Herrera Luque, Morón, Manuel Alfredo Rodríguez, Carrera Damas, Uslar Pietri, Caballero. No puede ser historia lo que quiere el comandante.
Entonces, el pensamiento único chavista, ha pretendido hacernos olvidar y hasta renegar de nuestra historia. Ya Páez no hizo lo que hizo, porque al Estado no le conviene que haya hecho eso. Páez es ahora un traidor y debe ser execrado, porque al Estado le conviene no tener contrapesos.
El pensamiento único planteado, resiste la idea de confrontaciones o debates de ideas, de proyectos, de planteamientos. Para el pensamiento único, la disidencia es traición.

martes, 20 de marzo de 2007

¿De verdad Podemos? (o crítica al pensamiento único)

¿De verdad Podemos? (o crítica al pensamiento único)

Manuel Rojas Pérez

Publicado en el Correo del Caroní el 2 de abril de 2007

Cuando escuché el discurso de Ismael García, donde anunció que Podemos no se disolvía, y criticando a su vez el pensamiento único chavista, simplemente no lo creí. Vi a Ismael, y lo sigo viendo así, como si fuese otro Arias Cárdenas, que se disfrazó de opositor para hacernos caer en su juego.
Pero, al escuchar el viernes pasado a Didalco Bolívar, oponerse a un partido único, me nació la duda si en verdad el gobierno está haciendo aguas por un costado.
No se porque ese discurso me llamó tanto la atención, como no lo hizo el de Ismael García. Quizás, porque a Didalco, hasta ahora, lo tengo como uno de los pocos chavistas serios que detentan algún cargo público. Por ello, al escuchar su arenga, no puedo menos que pensar que algo serio está pasando en las filas oficialistas, y no otro trapo rojo. Quizás, estamos frente a un temblor que puede terminar en terremoto.
El pensamiento único político pareciera que está dando golpes en las bases de la unidad chavista. Y es que no puede ser de otra manera. Dentro del chavismo hay muchas, demasiadas, doctrinas políticas, o lo que es peor, inconsistencias y hasta ignorancia de esas doctrinas. Se tiene, a los duros, a los radicales, que sin tener una tendencia de pensamiento político, más allá de seguir fielmente lo que ordene Chávez, por ejemplo, Lina Ron; o los verdaderamente marxistas-leninistas, como José Pinto y sus Tupamaros; está el histórico Partido Comunista de Venezuela y hasta Carlos Escarrá; socialistas como lo puede ser justamente Didalco; luego, los que ni son duros, ni saben de doctrinas políticas, simplemente siguen cada paso, lamen cada piso por el que camina Chávez: William Lara, Nicolás Maduro, Cilia Flores; por último, los de derecha dentro del chavismo, los capitalistas como Diosdado Cabello.
Por ello, pretender, como lo pretende el líder revolucionario, meter en un mismo saco, a juro, a todas esas tendencias, sólo parirá una gran mezcla de ideas políticas sin sentido, traería más incoherencia de la que ya existe en el régimen.
Y en política, se debe saber exactamente a que se juega. Un partido político debe tener una ideología propia, mantenida, sostenida. Un núcleo común que unifique a las bases en torno a una concepción política, y no en torno a una persona. Por no tener una clara ideología, sino muchas posiciones doctrinales adversas es que Primero Justicia murió como sociedad política. Un partido político, por esencia, es una organización que se adscribe a una ideología política determinada. Los únicos partidos que se han configurado en torno a personas y no a ideas o concepciones, dieron vida al nazismo en Alemania y al fascismo en Italia.
Luego, no extraña que el tema del partido único se haya convertido en una estaca en el zapato de Chávez.
Y claro, esta actitud de Didalco y Podemos genera controversia dentro de las filas del propio chavismo. Ya Mario Silva, dedicó casi todo un programa a Didalco, y lo convirtió en un enemigo acérrimo de la revolución. Didalco, de un día para otro, dejó de ser un revolucionario, y se convirtió en un lacayo del imperialismo, en un “parcialista” de la política, en un corrupto, en fin, en un antirrevolucionario pagado por el gobierno norteamericano. Para el gobierno, la disidencia es traición. Esto da por supuesto, un claro ejemplo que la libertad de expresión, y peor aun, de pensamiento, no es permitida ni perdonada por el gobierno autócrata que nos dirige.
Incluso, Silva llegó a afirmar que los gobernadores y alcaldes oficialistas no llegaron al poder por si mismos, sino por el portaviones Chávez. Es decir, como llegaron a esos cargos gracias al comandante, no tienen derecho a pensar, a opinar, a respirar, a suspirar, sin que el líder lo ordene. Absurdo esto.
Me sorprendió el discurso de Didalco. Me sentí asombrado, porque estoy acostumbrado a la genuflexión de los seguidores del Chavismo. Nunca, ni José Vicente ni Jesse Chacón reaccionaron ante los arbitrarios regaños del comandante. Por eso, repito, me asombró sobremanera el discurso de Didalco, quien tocó fibras, al oponerse a la orden impuesta. No me calo esta vaina, fue lo que, en definitiva, quiso decir el gobernador de Aragua. La autocracia de Chávez, al parecer, empezó a tocar a los propios chavistas.
Llegó a afirmar Didalco que en Aragua no hay presos políticos. ¿A que vino eso? ¿Es una denuncia? ¿Reconoce entonces, que el gobierno nacional si tiene presos políticos? Pareciera.
También dijo que el Consejo Nacional Electoral se había convertido en un ente “ideologizado”. Mas claro no canta un gallo.
¿Será que toda la pataleta de Didalco es porque lo vana hacer un revocatorio a él y no a otros gobernadores chavistas? ¿O esto es en serio?
¿Será, que de verdad Podemos?