lunes, 23 de abril de 2012

LEAL AL GOBIERNO Y NO A LA OPOSICIÓN

Leal al gobierno y no a la Constitución

Manuel Rojas Pérez
Correo del Caroní, 23 de abril de 2012

Uno de los espectáculos más dantescos que hemos presenciado los venezolanos en los últimos años, fueron las declaraciones del exmagistrado Eladio Aponte Aponte. Luego de tanto poder en la presidencia de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, cargo por medio del cual tenía el control absoluto de los tribunales penales de todo el país, desde donde ordenó la destitución –vía Comisión Judicial o Comisión de Restructuración Judicial- de cuanto juez cumplía con su deber de impartir justicia de manera imparcial, luego de tanta autoridad, verlo sudando penosamente frente a una cámara de televisión, escondido como un vulgar delincuente, con el miedo en los ojos y en el temblor de la voz, resultó francamente indignante.

No voy a caer en la trampa que Aponte Aponte quiere: que lo victimicemos. El ex magistrado no es, ni puede ser, un héroe. Demasiado daño hizo a familias venezolanas. La personificación venezolana de los juristas del horror nazis, que muy bien describió Ingo Müller es el exmagistrado chavista.

Estamos claros sobre quien es este personaje, nacido, criado y mantenido en el chavismo. Este Torquemada llegó a los cargos que llegó –Fiscal General Militar, Magistrado de la Sala de Casación Penal, Coordinador de los Tribunales Penales de Caracas, incluso estuvo a punto de ser Fiscal General de la República-, porque el chavismo, porque Hugo Chávez, así lo quiso.

Pero, muy a pesar de ello, no podemos dejar de tener presente las verdades que dijo Aponte Aponte. En concreto, muchas cosas que, si bien ya sabíamos, al ser confirmadas por un ex presidente de la Sala de Casación Penal, toman un peso impresionante. Una tonelada.

La olla que le montaron a José Sánchez, el popular “Mazuco”, es una. Mucho se dijo que habían manipulado el expediente, de modo tal de colocar testigos falsos, para involucrar al ex director de la policía regional del estado Zulia, para ensuciar la labor administrativa de Manuel Rosales en la gobernación. Claramente, Aponte Aponte señaló que, lo de Mazuco fue un montaje. Igualmente dejó claro que al general Francisco Usón lo apresaron injustamente, y cumplió una condena que nunca debió haber pagado, porque este jamás cometió delito. Igual con la doctora Afiuni, quien está presa por cumplir con su deber. Los carnets militares a presuntos narcotraficantes como Whalid Macked son una verdadera vergüenza dentro de los anales del sistema judicial venezolano.

Pero, quizá, la verdad más absoluta que dijo este perseguidor –hoy perseguido- es que le era leal al gobierno y no a la Constitución. Así, con todas sus letras, lo asumió. Aponte Aponte describió con esas palabras la realidad de nuestro Poder Judicial. Sin ir muy lejos, hace poco la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia se ensañó con la Comisión Electoral de Primarias de la Mesa de la Unidad, y muy especialmente con su presidenta, la doctora Teresa Albanes, al multarla por no hacer algo de imposible ejecución, como es la entrega de los cuadernos electorales, para hacer con eso una nueva lista Tascón. Asimismo, ninguna de las solicitudes judiciales hechas por la Mesa de la Unidad, todas del año pasado, han sido siquiera admitidas por la Sala Constitucional, como lo denunciaron un grupo de diputados hace unas semanas. Los porcentajes de victorias judiciales del Gobierno frente a la delos ciudadanos son abrumadoras, casi groseras. Los niveles de persecución judicial contra opositores –Álvarez Paz, Richard Blanco, Leocenis García, Simonovis, Forero- es casi similar al nivel de impunidad cuando el posible actor delictual es alguien cercano al chavismo.

Este Poder Judicial que nos gastamos, pareciera realmente seguirse por la regla que destacó Aponte Aponte: cumplir con el gobierno, no con la Constitución. No cuesta creer que los lineamientos de los tribunales de la República no salen del buen criterio y aplicación del derecho de los jueces, sino de la Vicepresidencia de la República.

Twitter: @rojasperezm

GOLPE DE ESTADO DE LA DELINCUENCIA

Golpe de Estado de la delincuencia

Manuel Rojas Pérez
Correo del Caroní, 16 de abril de 2012

No es Chávez. Tampoco Fidel. Mucho menos Carmona Estanga. Diosdado, Jaua, Maduro, Cilia, Iris, Rangel Silva, José Vicente, Aristóbulo o Ramírez, ni se acercan. Ninguno de ellos son los que mandan en Venezuela. Quien tiene el gobierno, el poder, la dirección del país, es la delincuencia.

Es esta quien está controlando la forma y estilo de vida de los venezolanos. La delincuencia es quien nos pone límites sobre las horas de salida y llegada a nuestros hogares, que comprar, donde comprar y cuando comprar, como vestirse, que medio de transporte público tomar, a dónde ir. Las políticas públicas no las está imponiendo el gobierno sino la delincuencia.

Desde que el presidente Chávez llegó al poder, la tasa delictual ha aumentado a niveles sorprendentes. Y en los últimos tiempos se ha hecho patente el control de la delincuencia sobre el propio Estado. Por lo menos cuatro diplomáticos han sido secuestrados en Caracas en los últimos seis meses. Ayer mismo, fue secuestrado el hijo de un diputado al Parlamento Latinoamericano. Hace semanas un escándalo sacudió a Venezuela, cuando la hija del cónsul de Chile fue asesinada por agentes policiales, demostrando que estos forman parte del problema de la delincuencia, y es que muchos son atracados por los propios agentes de seguridad, como pasó subiendo a El Junquito, donde una comisión de la Guardia Nacional raqueteó a todos los que iban subiendo, dejándolos sin dinero, relojes y teléfonos. Al gobernador del estado Aragua, con todo y sus escoltas, le robaron una camioneta oficial. En las emergencias de hospitales, como en el Pérez Carreño, pasa con mucha frecuencia que, al ingresar herido un miembro de una banda delictiva, los de la otra banda entran a terminar de acabar con la vida de aquel, poniendo en peligro la vida de médicos, enfermeras y demás pacientes. Los secuestros express y asaltos a mano armada, son pan nuestro de cada día. A Wilson Ramos, jugador de béisbol de Grandes Ligas, lo secuestraron por más de una semana. Incluso, corrió un rumor hace poco que al propio padre del ministro de Interior y Justicia lo habrían secuestrado y si bien esto fue desmentido por el propio funcionario, no cuesta mucho creer que algo así pueda pasar.

Hace poco, el miembro de la comisión de políticas públicas de Acción Democrática, Ángel Lugo, destacó una cifra impactante: durante la guerra en Centroamérica fallecieron seis mil personas. Aquí, en Venezuela, la delincuencia lleva cien mil muertos.

Esto se agrava ante la ceguera de los organismos oficiales, quienesanna vez de tomar cartas en el asunto, se limitan a decir que estos hechos forman parte de un complot de la oposición para desacreditar al gobierno socialista. Para más señas, el inefable Juan Barreto señaló en una infeliz declaración que un proyecto para el desarme ciudadano es una medida "burguesa". Quizá su fascista solución sea que todos nos armemos y nos matemos.

Pero, para los venezolanos, estos hechos violentos sólo ponen de relieve la debilidad de la seguridad en una nación con uno de los niveles más altos de criminalidad del mundo, donde los robos a mano armada, raptos y homicidios son cosa diaria.

Esta ceguera gubernamental tiene como consecuencia que no se haga absolutamente nada contra el flagelo de la delincuencia, sino que se ponga la atención en asuntos mucho más banales que a nadie interesan. Ayer, el presidente venezolano, en una de sus visitas al país, anunció la creación de una "Comisión anti golpe de Estado", sin darse cuenta que hace mucho tiempo que la delincuencia lo tumbó del gobierno, que es ella la verdadera gobernante en Venezuela. No sabe el comandante, o no quiere darse cuenta, que debería hacer algo en lo que él es experto: dar un golpe de Estado, pero en este caso, a la delincuencia reinante.

Nuestra situación es grave. Como dio un diplomático a Reuters: "Ningún área es segura. No hay ningún lugar fuera del alcance de los criminales". (http://informe21.com/actualidad/12/04/13/ataques-a-diplomaticos-resaltan-problemas-seguridad-en-el-pais)

Twitter: @rojasperezm

CHÁVEZ NOS VISITA

Chávez nos visita

Manuel Rojas Pérez
Correo del Caroní, 9 de abril 2012

Esta semana que pasó, tuvimos la dicha de recibir en visita oficial en nuestro país, a nuestro presidente de la República, señor Hugo Chávez Frías. Nuestro presidente vino por un par de días a una misa en Barinas, para luego volver a irse rápidamente a La Habana, sede de los poderes públicos de Venezuela.

El párrafo anterior, escrito con evidente ironía, no deja de tener base cierta. Y es que desde que el presidente de la República asumió que estaba enfermo, prácticamente no ha estado en Venezuela, desatendiendo sus labores como primer mandatario.

Desde que se fue a operar a La Habana, a mitad del mes de febrero, solo hemos sabido del presidente por twitter, llamadas telefónicas y otros medios no presenciales. Y la información oficial ha resultado tan catastrófica, que Nelson Bocaranda o el doctor José Rafael Marquina, desde el estado de La Florida en Estados Unidos, se han convertido en los voceros de la situación sobre la salud presidencial.

Así, el presidente ha estado poco, muy poco, en Venezuela, No atendiendo sus labores para lo cual fue electo. En otros países, donde la institucionalidad si se toma en serio, cuando un primer mandatario tiene una enfermedad, pasa el poder al vicepresidente, mientras aquel se mejora. Sin complejo alguno. Y esto, por cierto, no es ninguna práctica capitalista: hace meses, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner se tuvo que operar y traspasó el mandato, mediante decreto, al vicepresidente. El mismísimo Fidel Castro, gurú de la revolución latinoamericana, estandarte de lucha socialista y estrella de Belén del presidente Chávez, dejó el poder cuando se vio enfermo, pasándolo a su hermano Raúl Castro.

Pero aquí, en Venezuela, más vale ser irresponsable. El afán de poder megalómano del comandante no le permite asumir que está enfermo y que en tal condición no puede gobernar a la vez que intenta recuperarse. Por ello, en vez de declararse la ausencia temporal del presidente, se ha decidido gobernar desde Cuba.

Hace poco, conversando con un muy buen amigo, este me señalaba que había demasiada halaraca con el hecho que el presidente gobernara desde La Habana: que el mundo 2.0 lo permitía, que los gringos gobernaban desde el Air Force One, que se podían suscribir decretos presidenciales desde la embajada venezolana de otro país... Y si, es verdad todo eso, le respondí, suscribiendo su comentario. Pero no es menos cierto que el presidente Chávez no está dictando decretos desde la embajada venezolana en Cuba, ni llegó a la isla caribeña por una emergencia que lo obligue a gobernar desde allá.

Total, que el presidente venezolano se ha convertido en un extranjero para su propio país. Mientras el candidato de la alternativa democrática, Henrique Capriles Radonski, está a diario recorriendo casas, barrios, caseros, sectores, urbanizaciones, pueblos, jugando basket con funcionarios publicos, llevando casa por casa su mensaje de unidad y reconstrucción nacional, el presidente-candidato se ve encerrado en La Habana.

Este extranjero en que se ha convertido el presidente Chávez para los venezolanos, de vez en cuando nos visita. Anteayer vino, llegó desde La Habana a una misa en su natal Barinas, declamó, lloró, pidió a Cristo que no se lo llevara aun, y apuradamente, volvió a tomar un avión para regresar a Cuba. Como el que solo viene de paso a saludar a vecinos y se devuelve corriendo a su casa.

Eso es hoy Hugo Chávez: un visitante, un extraño. Ya desde hace muchos años, se había alejado de Venezuela desde sus acciones políticas. Pero, ahora, el alejamiento es físico, por lo que se hace mas patente y manifiesto aun.

Ya en octubre elegiremos a un presidente que no será un visitante, sino que estará aquí en el país, trabajando por Venezuela.

Twitter: @rojasperezm

"LA ESENCIA DE LA DEMOCRACIA ES LA ACEPTACIÓN DE LA DERROTA"

“La esencia de la democracia es la aceptación de la derrota”

Manuel Rojas Pérez
Correo del Caroní, 12 de marzo de 2012

Este fin de semana, Venezuela vivió un momento de esplendor intelectual y político. En en el marco de las jornadas llamadas “Un mensaje para Venezuela” realizadas por Banesco, fueron invitados a dar sus impresiones sobre la situación política y social mundial, tres titanes de la democracia: Felipe González, Ricardo Lagos y Fernando Henrique Cardoso.

González, ex presidente del Gobierno de España, quien tiene como logros la consecución de un gobierno que hizo apalancar la democracia ante la posible vuelta del franquismo, además de lograr que el Partido Socialista Obrero Español abandonara sus postulados marxistas y evolucionara hacia la socialdemocracia, comentó entre muchas otras cosas, que “hay valores que son universales: los de la convivencia en libertad y paz son muy importantes”. Al oír esto, no pude dejar de recordar al gobierno nacional implementando la lista Tascón e intentando recuperar los cuadernos electorales utilizados en las elecciones primarias para buscar quienes votaron en las primarias para retirarlos de sus cargos en la Administración Pública y castigarnos.

Lagos, ex presidente de la República de Chile, uno de los líderes fundamentales de la Concertación de Partidos por la Democracia –plataforma política de varios partidos políticos que se unieron para derrotar electoralmente al dictador Augusto Pinochet- comentando sobre el papel de la Concertación, señaló que la decisión de varios partidos de unirse en un solo bloque, respetando las diferencias ideológicas de cada uno de estos, para ganarle a Pinochet en unas elecciones, fue una unidad que tuvo que mantenerse para poder conducir a Chile. Esto, por supuesto, hace pensar de inmediato en la tremenda importancia que tiene la Mesa de la Unidad Democrática como factor conglomerador de movimientos políticos en torno a un mismo fin, que es derrotar al fascismo chavista. Asimismo, señaló Lagos que los presidentes deben pensar en la próxima generación y no en la próxima elección, cosa que recuerda al militar aquel que se encuentra ausente, encerrado en Cuba, a quien no le importan las futuras generaciones políticas, sino mantenerse en el poder a como de lugar.

Por su parte, Cardozo, ex presidente de la República de Brasil, uno de los creadores del Plan Real –programa económico ideado para sustituir la moneda para contener la enorme inflación que azotaba al vecino país-, uno de los sociólogos y politólogos más prestigiosos del mundo, como teórico del desarrollismo y la dependencia de los países latinoamericanos, destacó contundentemente sobre el militarismo que, este es la imposición a los demás de una categoría de la sociedad, desligados de la expresión de libertad. Afirmó asimismo que “hay una incompatibilidad total entre las ideas marxistas de socialismo y militarismo (…) yo no creo que exista hoy día alguien que pueda pensar en el militarismo como forma de liberación”. Evidentemente, nuestra mente vuela al sector chavista, claramente apegado a un estilo de pensamiento y conducción militarista, donde hay que hacer absolutamente todo lo que ordene el Comandante presidente.

Pero quizás lo que más llamó la atención fue una frase de Felipe González, quien señaló que “la esencia de la democracia es la aceptación de la derrota”. Ello significa que se tiene la expectativa que la derrota algún día podrá ser victoria. Eso lo contrasté con el casi candidato Diosdado Cabello, quien gritaba por VTV que si la oposición no reconocía el triunfo de Chávez el próximo 7 de octubre, el pueblo saldría a la calle.

Diosdado con este alarido, no solo hace ver que solo acepta una victoria del chavismo y descuenta la de la oposición, sino que, confrontándolo con las palabra de Felipe González, pareciera no tener la expectativa de que el chavismo volvería a ganar una elección, y por eso se aferran al poder de manera violenta incluso.

Twitter: @rojasperezm

JUSTICIA CON MUY BUENA VISTA

Justicia con muy buena vista

Manuel Rojas Pérez
Correo de Caroní, 5 de marzo 2012

Una de las consecuencias más interesantes que trajo las elecciones primarias del 12 de febrero, es que puso a la justicia venezolana a cumplir, por fin, con uno de sus postulados fundamentales, como lo es la celeridad. Y es que, probablemente, por primera vez desde que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia fue creada en 1999, un amparo constitucional es admitido en menos de dos horas. Claro, hay que tener en cuenta que el amparo fue solicitado –y decidido- en contra de la Mesa de la Unidad Democrática.

Dos días después de las primarias, el martes 14 de febrero, el candidato Rafael Velásquez, del municipio Bruzual del estado Yaracuy, acudió al TSJ a solicitar la suspensión de la destrucción de los cuadernos electorales, tal y como estaba previsto. La solicitud procesal del referido ciudadano fue decidida ese mismo día, ordenando a la Comisión Electoral de Primarias (CEP) de la MUD no destruir los cuadernos electorales, a pesar que su norma interna –conocida por el Consejo Nacional Electoral- permitía dicha destrucción. También se ordeñó entregar los cuadernos en un lapso de 24 horas al CNE a través del Plan República. Ese mismo día, la Sala procedió a intentar notificar a la presidenta de la CEP, Teresa Albanes, cosa que, por cierto, no pudo hacer el Tribunal. En esa misma fecha se notificó al Plan República. En fin, el principio de celeridad, en este caso, si se cumplió.

En muy pocas oportunidades la Sala Constitucional actúa de manera tan rápida y eficaz. Para muestra un botón: el 22 de febrero de 2011, la MUD solicitó al TSJ la nulidad de la Ley Habilitante, y el 16 de marzo de 2011, la nulidad del Reglamento de Interior y Debates de la Asamblea Nacional. Hasta la fecha, la Sala no ha siquiera visto el expediente ya que no se ha pronunciado.

Volviendo al caso de los cuadernos electorales, la Sala no notificó a Teresa Albanes como lo señala la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia y el Código de Procedimiento Civil –la notificación tiene que ser personal, esto es, entregada en sus manos al demandado y dejar constancia de esa entrega en el expediente judicial-. Y siendo que la presidenta de la CEP no estuvo nunca notificada de la sentencia de la Sala Constitucional y el lapso de 48 horas luego de hechas las elecciones se habían cumplido, las Juntas Regionales de Primarias procedieron a destruir los cuadernos tal cual lo establecen las normas de la MUD, las cuales–se insiste- conocía el CNE y avaló al no haber anulado las mismas.

Vale destacar que la Sala Constitucional alegó para sentenciar contra la CEP de la MUD que si se destruían los cuadernos, los candidatos no podrían ejercer reclamos contra las elecciones. Nada más falso. La MUD procedió solo a destruir los cuadernos electorales, pero las actas y las boletas electorales se encuentran en buen estado. Para reclamar los resultados de una elección no se necesitan los cuadernos electorales –estos solo sirven para verificar que nadie vote más de una vez-. Solo se requieren las boletas y las actas, y eso está a disposición de los candidatos. Por ello, los alegatos del TSJ –y, que casualidad, los mismos alegatos del chavismo- son una falacia, desde que los candidatos podían ejercer sus reclamos en las instancias internas de la MUD, como sucedió en el municipio Libertador de Caracas, Sucre y Guaicaipuro de Miranda o Piar de Bolívar, y estos candidatos tuvieron a su disposición los elementos necesarios para ejercer su defensa.

Por supuesto, el TSJ no se podía quedar tranquilo y procedió a imponer a Teresa Albanes una multa injusta, arbitraria e inconstitucional, ya que no existe desacato alguno, toda vez que la MUD cumplió con sus normas internas y nunca tuvo conocimiento el martes 14 de febrero de la sentencia de la Sala Constitucional, ya que no fue notificada. Multa que debe ser pagada a pesar de su inconstitucionalidad por ser una orden judicial, mientras la Sala no revoque la misma.

En fin, este caso demuestra que, lamentablemente, la justicia en Venezuela no es ciega, como debe ser, sino que tiene una muy buena y selectiva vista.

Twitter: @rojasperezm